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Riesgos de «nueva crisis» por récord de la deuda global: «reporte Ginebra», por Alfredo Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, China, Economía, EEUU, Estafa, Fracking, Gas esquisto, Geopolítica, Opinión, Rusia, Siria, Ucrania, UE on 02/10/2014 by athelvok

 

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Manifestación en las inmediaciones de la sede de gobierno, la madrugada de este miércoles en Hong Kong. Foto Ap

El perturbador decimosexto Reporte Ginebra anual sobre la economía global¿Desapalancamiento? ¿Cuál desapalancamiento? ( Deleveraging? What Deleveraging?) (http://goo.gl/x4XMBM )–, sentencia que la perniciosa crisis financiera de 2008 no se ha resuelto después de seis años y, al contrario, ha empeorado debido a la cada vez más creciente deuda global récord de casi 59 millones de millones (trillones, en anglosajón) de dólares, al unísono de un bajo crecimiento económico, lo cual en su conjunto constituye una seria amenaza para una nueva crisis financiera en ciernes.

Sin considerar al sector financiero –que abultaría descomunalmente la impagable deuda debido a la especulación de los derivados financieros que representan 21 veces el PIB global (http://goo.gl/ErlDEL)–, la deuda total global ascendió dramáticamente de 180 por ciento de 2008 a 212 por ciento de 2013, de acuerdo con las apremiantes conclusiones de un panel de connotados economistas que incluye a tres anteriores altos funcionarios de los bancos centrales que redactaron el Reporte Ginebra.

La medición de la proporción de la deuda global con el PIB es clave para entender que el mundo se encuentra otra vez al borde de una crisis global, agudizada por las intensas tensiones geopolíticas en la furiosa contraofensiva planetaria que libra Estados Unidos (EU) contra Rusia (asunto Ucrania), China (financiamiento del NED, del Partido Demócrata, a la protesta estudiantil en Hong Kong con medio millón de dólares: http://goo.gl/bldNX7 ), Brasil (presunto asesinato del accidentado candidato sacrificado Eduardo Campos para impulsar la candidatura de Marina Silva, íntima de los intereses bancarios de la City en Londres de George Soros / Rothschild, en conjunción con los Rockefeller y Kissinger http://goo.gl/LFq10J ), Argentina (asfixia del magistrado buitre de Wall Street, Thomas Griesa, con un artificial desacato judicial http://goo.gl/COHSAK ) y el montaje hollywoodense de los yihadistas del Estado Islámico que China acusa a EU de haber creado para derrocar al régimen de Bashar Assad en Siria (http://goo.gl/dRVR2h ).

Las crisis financierista neoliberal y geopolítica del mundo pos-Crimea convergen seis años después a la quiebra de Lehman Brothers.

El Reporte Ginebra juzga que después de la quiebra de Lehman Brothers, el mundo entró en la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de la década de 1930 que afectó principalmente a las economías desarrolladas y “al contrario de las creencias (¡supersic!) ampliamente sostenidas, el mundo aún no ha empezado a desampalancarse ( deleveraging)” –desendeudarse– cuando la proporción de la deuda global con el PIB sigue creciendo, rompiendo récords” cuando la capacidad de deuda en los próximos años dependerá de la futura dinámica del crecimiento de la producción, la inflación y las tasas reales de interés.

Aduce que “el equilibrio real de las tasas de interés –es decir, la tasa de interés compatible con el pleno empleo– está encaminada a permanecer en niveles históricos bajos y la capacidad de deuda se encontrará bajo presión”.

Más allá de los tecnicismos apantallabobos, que desde hace mucho suelen ser grotescamente fallidos y falaces, lo cierto es que un alza de las tasas de interés aniquilaría toda la pirámide de deuda y acribillaría al sistema financiero monetarista global que sigue predominando y perjudicando, en especial, a los mercados emergentes cuando los tres principales motores de la economía occidental se encuentran averiados: EU, la Unión Europea y Japón –tomando en consideración que el artificial crecimiento de EU se basa en dos burbujas especulativas mayúsculas: la explotación del gas shale vía el nefario fracking y su unilateral facilitación monetarista cuantitativa ( quantitative easing: vulgar impresión masiva de billetes verdes).

El Reporte Ginebra señala que en “las principales economías anglosajonas –EU y Gran Bretaña (GB)–, el desapalancamiento del sector financiero y el sector de gasto ha tenido un progreso significativo (sic) debido al creciente endeudamiento del consolidado sector gubernamental”.

Lo de siempre: los pusilánimes gobiernos anglosajones de EU y GB financian el parasitismo financierista de sus bancos privados en detrimento del bien común.

Llama la atención la muy baja deuda de Rusia y el pésimo desempeño del “México neoliberal itamita” de la dupla Peña/Videgaray y resulta interesante la gráfica (4.1) que expone la atroz deuda total en proporción al PIB de EU: casi 350 por ciento superior al 300 por ciento de la década de 1930, cuando la deuda financiera fagocita al restante (publica, hogares, empresas, GSE (Government Sponsored Enterprises: empresas patrocinadas por el gobierno), situación diferente a la década de 1930, cuando la deuda de las empresas era infinitamente superior, lo cual expone el cáncer financierista anglosajón.

Lo grave radica en que la presente capacidad de deuda de EU es mucho menor a la de 2007, cuando la hoja de balance de la Reserva Federal en proporción al PIB (Figura 4.4) se disparó en forma antigravitatoria de 2008 a 2014 en una línea exponencial que ha alcanzado 24 por ciento, en comparación al casi 16 por ciento del PIB de la década de 1930”.

Según el Banco Mundial, el PIB global de 2013 fue casi de 75 millones de millones (trillones en anglosajón) de dólares –en el que el “México neoliberal itamita” de la dupla Peña/Videgaray se desplomó de 11 a 15 lugar con todo y sus reformas mágicas (http://goo.gl/2texHy ).

A juicio del Reporte Ginebra, hasta 2008, el apalancamiento ( leverage: excesivo endeudamiento financierista) había sido conducido por los mercados emergentes – en particular, por China– que consideran serán las más vulnerables en la próxima (sic) crisis.

Con todo y las bendiciones de Ben Shalom Bernanke y de Henry Kissinger a la dupla Peña/Videgaray, el entreguista “México neoliberal itamita” no se escapa a su triste condición de pertenecer a los mercados emergentes, como lo ha demostrado la acelerada devaluación del peso.

La deuda total de la eurozona en proporción al PIB es dramática y opera en 390 por ciento, pero resalta que se encuentra menos endeudado el Banco Central Europeo (14 por ciento) que la Reserva Federal (casi 25 por ciento del PIB), aunque el PIB de EU ha mejorado en comparación de la zona euro.

El Reporte Ginebra es tramposo porque exime el cáncer verdadero del sistema financierista anglosajón que ha desquiciado al planeta entero y que es una forma de conquista subrepticia de los recursos primarios de los países en vías de desarrollo.

Ya en 2008, el BIP (el banco central de los bancos centrales), admitió que los derivados financieros (una bomba que ronda los 1.5 cuatrillones de dólares (mil trillones en anglosajón), representaban 802 por ciento del PIB mundial y 75 por ciento de la liquidez global (http://goo.gl/B2s99a ).

Lo notable del Reporte Ginebra es su pronóstico de la próxima crisis en los mercados emergentes, a diferencia de 2008, de los que forma parte intrínseca el disfuncional “México neoliberal itamita” de la dupla Peña/Videgaray.

LaJornada

Los yihadistas en el Despacho Oval y los gaseoductos de Eurasia, por Nazanín Armanian

Posted in BRICS, China, EEUU, Fracking, Gas esquisto, Geopolítica, Historia, India, Irak, Irán, Israel, Occidente, Opinión, Próximo Oriente, Qatar, Rusia, Siria, Terrorismo, Turquía, UE on 02/09/2014 by athelvok

01 sep 2014

Fue en 1985 cuando el mulá Omar y su equipo Yihadista-Taliban-Al qaedista fueron invitados por Ronald Reagan a la Casa Blanca para tomar té y negociar la construcción del gaseoducto transafgano (Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India, “ TAPI”) sobre las ruinas del espacio soviético. Después del 11 de septiembre, y para no herir sensibilidades, esos encuentros con la ultraderecha  islamista, financiada por la CIA,  se trasladaron a las bases del Pentágono en el Golfo Pérsico: de allí es de donde salen los “rebeldes”  afganos, chechenos, libios, yemeníes, sirios, iraquíes, chinos, entre otros, con la misión de cortar cabezas y provocar el llamado “caos creativo” —o lo que es lo mismo, guerras—, en los países rivales y/o productores de hidrocarburo.

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El actual “Gran Juego” entre las potencias grandes y medianas del mundo, que discurre en Eurasia agitando la bandera negra yihadista sigue girando en torno a los gaseoductos. En esta partida, la ofensiva del intrépido Obama contra China —su principal obsesión—, pasa por el control sobre el gas de Rusia y de Irán, principales reservas mundiales del “Oro Azul”, con el fin de impedir la llegada de energía a las venas de la económica del gigante asiático.

La recesión económica de los principales clientes del gas ruso, la inseguridad provocada por las guerras y la fuerte entrada de EEUU como productor de gas esquisto —y el uso de la técnica de fracturación hidráulica y perforación horizontal que han hecho posible la explotación del conocido como “tight gas” (el gas de arenas compactas), del “shale gas” (el gas de arcillas) y el petróleo de esquisto—, no solo han cambiado el lugar de los vendedores y compradores de energía, sino que han convertido en obsoletas las instalaciones de los tradicionales productores. Gazprom, Total y Statoil, por ejemplo, han suspendido el gran proyecto iniciado en 2007 en el yacimiento de gas del Shtokman en el Mar Barents: el cliente interesado, EEUU, ya no lo necesita; que este país dejase de comprar el 40% del gas de Qatar ha hecho que el sultanato buscara nuevos clientes, aunque por ello tuviera que contratar a los matones del Estado Islámico para arrasar Siria e Irak allanando el camino del gaseoducto árabe.

Demasiado “fracking”, demasiados excedentes del gas, han hecho bajar los precios y la quiebra de muchas pequeñas empresas, por lo que las compañías han empezado a exportarlo, sin que el Congreso levantara la prohibición que pesa sobre las exportaciones de hidrocarburo desde 1975: el primer barco zarpó hacia Corea del Sur.
La supuesta “autosuficiencia energética” de EEUU puede tener unas inesperadas consecuencias: sus antiguos proveedores dejarán de almacenar dólares, mientras Rusia pedirá rublo o yuan a cambio de sus productos, introduciendo en el sistema monetario mundial los términos “petrorublo” y “petroyuan” con todo lo que ello podría acarrear.

Rusia: “arena movediza”

Uno de los objetivos de la actual ofensiva militar y económica lanzada contra Rusia por EEUU es forzar a Gazprom Germania, la empresa estatal de gas ruso con sede en Berlín, suspender unos 25 proyectos que estaba desarrollando en Europa, y que le iba a convertir en la mayor compañía estatal de gas natural del mundo. La respuesta de Vladimir Putin fue firmar con China un mega acuerdo para suministrarle gas a partir de 2018 durante las próximas tres décadas, fortaleciendo la Organización de Shangai y también el BRICS, y de paso aumentar la entrada del capital chino en la economía rusa.

La guerra de gas también explica parte de las razones del respaldo del Kremlin a Bashar Al Asad. Mientras él esté en el poder, no permitirá la construcción del gaseoducto árabe, ni los qataries y saudíes permitirán a Irán poner en marcha el gaseoducto Irán-Irak-Siria (IIS) firmado en 2011, y que iba a ser inaugurado en 2016. EEUU, que busca el declive de político de Moscú y desmantelar la Federación Rusa, con las sanciones lo que ha hecho es empujar a la alza los precios de gas —que pueden llegar hasta el 50%—, ¡y así compensarle por la pérdida en ventas debido a las sanciones!

Rusia con sus gaseoductos South y North Stream enterró el proyecto de Nabucco —financiado por EEUU, Turquía, Reino Unido, Francia e Israel— y luego comprando el gas de Turkmenistán y Azerbaiyán para las próximas décadas, mantiene su dominio casi absoluto sobre el gas y las tuberías en Eurasia. En esta guerra de gas, solo Bulgaria y Serbia se han descolgado de la tubería South Stream.

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Los dirigentes europeos que anteponen los intereses de las empresas de EEUU a los de sus pueblos, no tienen ningún sustituto al gas ruso: perdieron a Libia, hoy sumida en el caos, al tiempo que los “amigos americanos” impedían la puesta en marcha del gaseoducto Irán-Turquía-Europa (ITE), cuyo protocolo fue firmado en 2008, y si tienen que esperar el esquisto de EEUU, mejor que lo hagan sentados: no llegará a tiempo ni será suficiente. Que se conformen con que la OTAN haya ganado en Ucrania, y que paren este conflicto que puede terminar en una guerra total.

Irán, desaprovechado y aislado

Las negociaciones nucleares entre Occidente e Irán sufren altibajos debido a la incertidumbre y tensión en el escenario político de la región: a Europa le urge el regreso de Irán al mercado de energía, no así a los republicanos de EEUU, Israel, Arabia y Qatar.

Las amenazas militares, las sanciones, los yihadistas del Estado Islámico y también los peculiares rasgos de la teocracia gobernante han convertido a este gigante energético y ubicado en un lugar privilegiado en un importador neto de productos petrolíferos: recibe el gas turcomano.

EEUU, además de impedir la construcción de TAPI , ha evitado que Pakistán e India construyeran el gaseoducto IPI, para recibir el gas iraní desde el Golfo Pérsico. India se ha quedado sin el gas “transafgano” y sin el iraní: a cambio Washington le ha “banqueado” su ilegal arma nuclear y puede que reciba un escaño en el Consejo de Seguridad. Cierto, la desgracia india beneficia a China.

A pesar de que Teherán ha cedido en su programa nuclear, Barak Obama ha renovado la Ley de Emergencia Nacional sobre Irán, manteniendo las sanciones contra la industria energética iraní.

El “gaseoducto árabe”

Los 3 mil millones de dólares que Qatar ha invertido en el terrorismo yihadista en Siria e Irak no es para restaurar el Islam mahometano, sino que busca destruir los gobiernos de ambos países, impidiendo así la construcción del gaseoducto IIS, para después levantar el suyo.

Qatar, que comparte con Irán el dominio sobre Campo del gas “Pars del Sur”, uno de los más grandes del mundo descubierto en 1990 en el Golfo Pérsico, tiene dos proyectos: “Qatar- Arabia Saudi-Kuwait-Irak-Turquía” y “Qatar- Arabia-Jordania- Siria-Turquía”. Assad en 2009 había rechazado la propuesta por su alianza con Moscú y Teherán y hay dudas razonables que consiga llevarlos a cabo.

Erdogan: “Aquí, el que no corre, vuela”

Turquía, uno de los principales respaldos del terrorismo yihadista, planea levantar un gaseoducto que le conecte a la Región Autónoma de Kurdistán Iraquí. ¡Mal negocio en el medio de interminables conflictos! Ankara aún no se ha recuperado de las billonarias pérdidas por la invasión dirigida por EEUU a Irak en 2003, que destruyó el oleoducto iraquí-turco, ni del disgusto de la pérdida del proyecto Nabucco.

Quizás debería conformarse con el contrato firmado con Moscú en 2011 para el transporte de parte del gas de South Stream y con lo que Irán le manda para su consumo interno. Teherán no quiere contribuir en el fortalecimiento de un miembro de la OTAN en sus fronteras, quien además intenta derribar a su aliado en Damasco y en Bagdad.
Al Occidente tampoco le gusta que Erdogan tenga el monopolio sobre el tránsito del hidrocarburo del Caspio o del Pérsico a Europa: podría utilizar esta ventaja para presionar a la UE, que le quiere como un peón en el mapa europeo.

China, sin inmutarse

“Acupuntura en vez de los ataques quirúrgicos” de EEUU, sigue siendo la política de Pekín, contra las guerras líquidas de EEUU. Tras inaugurar en 2009 el mayor gaseoducto del mundo que transporta el gas de Turkmenistán hasta Xinjiang, China se puso a construir otras cinco tuberías que unen su vasto territorio con Asia Central.

Los intentos de Washington de estrangular su economía a través del control sobre el Estrecho de Malaca, presionar a Myanmar (como regalar un Nobel de la Paz a la opositora Aung San Suu Kyi), para que dejase de construir las tuberías de transporte de hidrocarburo a China, sancionar a Irán suspendiendo el “contrato del siglo” de la venta del gas durante 25 años, que Teherán firmó con Pekín en 2004, o desalojarle del puerto pakistaní de Gwadar, en el océano índico, han sido parte de las travesuras de la Casa Blanca contra China.

EEUU, que ha abandonado a Pakistán al caos total, está barajando “independizar” la provincia de Beluchistán —un mar de gas, además de grandes minas de piedras preciosas, con gentes viviendo en la absoluta miseria—, porque China planea colocar un gaseoducto desde esta provincia pasando por la cordillera de Karakoram hasta a Xinjiang.

El desgarrado Oriente Próximo aún puede ir a peor: los yihadistas no son más que un pretexto e instrumento para una gran guerra por gas que tiene a Irán en su punto de mira.

Público

El lobby petrolero al descubierto

Posted in Fracking, Gas esquisto, Medio ambiente on 18/07/2014 by athelvok

Un informe desvela los mecanismos para rebajar regulaciones ambientales y lograr la entrada de petróleos muy contaminantes en Europa.

| 17 Julio 2014 – 16:20 h.

Las grandes compañías petroleras, a través de los gobiernos de Canadá y EEUU, han utilizado las negociaciones comerciales, con la UE, para lograr rebajar regulaciones ambientales. La Directiva de Calidad de los Combustibles, que podría poner un freno a la entrada del petróleo procedente de arenas bituminosas -mucho más contaminante que el petróleo convencional-  podría verse comprometida por las presiones en las negociaciones, de acuerdo a un informe elaborado por Amigos de La Tierra Europa. Esta organización, junto a Ecologistas en Acción y Transport & Environment, denuncia así al lobby petrolero internacional, incluido Repsol, y su insistencia por imponer el consumo de petróleo sucios.

El petróleo procedente de arenas bituminosas es un 23% más contaminante que el convencional. Uno de los dos mayores yacimientos del mundo se encuentra en Alberta (Canadá) y desde 2001 las mayores petroleras del mundo (Shell, ExxonMobil, BP, Sinopec, Chevron, ConocoPhillips and Total) llevan importantes sumas de dinero invertidas en hacer viable su extracción y distribución. Repsol, por su parte, ha destinado también cantidades económicas significativas a las refinerías españolas para permitir el procesamiento de este tipo de petróleos. Hace tan solo un mes, la refinería de Muskiz, recibió el primer cargamento de prueba para testar su correcto funcionamiento.

Por otro lado, en 2009, la UE aprobó reformar la Directiva de Calidad de Combustibles (FQD en sus siglas en inglés) con el objetivo de lograr que en 2020 el petróleo consumido en el sector transporte tuviera un 6% menos de emisiones asociadas a su consumo respecto a 2010. Esta Directiva era una de las herramientas clave para que la UE lograra en 2020 cumplir con el compromiso de reducir sus emisiones de efecto invernadero en un 20% frente a las de 1990. Desde entonces, ya han pasado cinco años, y la Comisión Europea tiene todavía pendiente aprobar el contenido, mecanismos y procedimientos, para ponerla en práctica. Un retraso, que cómo se demuestra en un informe elaborado por Amigos de la Tierra Europa, ha sido debido a las presiones ejercidas por las compañías del lobby petrolero a través de los gobiernos de Canadá y EEUU durante las negociaciones comerciales (el acuerdo CETA con Canadá y el TTIP con EEUU, ambos por sus siglas en inglés). Todo apunta a que, de continuarse con las negociaciones, la Directiva acabe sin ver la luz, o lo haga de una manera muy poco efectiva.

En el informe, elaborado con documentos oficiales, se exponen los diferentes agentes implicados (gobiernos de Canadá y EEUU, Cámara de Comercio de EEUU, la patronal Business Europe de la UE, el embajador americano, los técnicos encargados de las negociaciones, la Organización Mundial del Comercio, etc.) y los mecanismos de presión empleados por las compañías petroleras para sabotear esta Directiva: envíos de cartas y reuniones con los técnicos encargados de las negociaciones y los respectivos gobiernos, amenazas de llevar el caso a la OMS en el caso de que se aprobara la Directiva, así como múltiples declaraciones públicas. En todas ellas se pone de manifiesto el interés por eliminar una Directiva que de ponerse en marcha impediría la entrada masiva del petróleo sucio procedente de las arenas bituminosas de Canadá. Unas presiones que contrastan con la tremenda opacidad con la que se están llevando estas negociaciones, y con las enormes dificultades que supone acceder a la información de los acuerdos.

Si la presión del sector petrolero es tan grande es porque la única manera de hacer viable la explotación del petróleo de las arenas bituminosas de Canadá es a través del mercado europeo, ya que el mercado de EEUU se encuentra saturado. Pero si todo este petróleo acaba llegando a Europa, se pondrá en riesgo el compromiso climático de la UE para 2020, y la Unión seguirá agravando su enorme contribución al calentamiento con impactos irreversibles sobre las poblaciones y los recursos naturales.

«INACEPTABLE» QUE LA UE RENUNCIE A SUS COMPROMISOS MEDIOAMBIENTALES

Para Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra resulta inaceptable que la UE renuncie a sus compromisos ambientales, ya de por sí mínimos, por la negociación de un acuerdo de índole comercial. Si ambas organizaciones ya habían denunciado en múltiples ocasiones que los acuerdos comerciales con Canadá y EEUU supondrían una amenaza para las políticas ambientales de la UE, con este informe se demuestra que, incluso antes de haberse aprobado, ya constituyen una amenaza; se han puesto sobre la mesa no sólo aspectos económicos sino también normativas ambientales.
Con esta información en la mano, las organizaciones exigen a la UE que cese cuanto antes las negociaciones comerciales con Canadá y EEUU y que en ningún caso se utilice la normativa ambiental vigente como moneda de cambio.

NuevaTribuna

Vicepresidente de EU apadrina la «cumbre energética de Norteamérica» de Goldman Sachs, por Alfredo Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, Economía, EEUU, Fracking, Gas esquisto, Geopolítica, Opinión on 15/06/2014 by athelvok

 

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El vicepresidente estadunidense Joe Biden, en imagen de archivo. Foto Ap

Fue muy reservada la cumbre energética de Norteamérica del 10 y 11 de junio en Nueva York, patrocinada por el omnipotente banco de inversiones Goldman Sachs (http://www.goldmansachs.com/our-thinking/our-conferences/north-american-energy-summit/) –que provee de recursos humanos al sector financierista de los gobiernos trasatlánticos–, donde se deslizó, lejos de los reflectores acostumbrados, el director entreguista de Pemex, Emilio Lozoya Austin, otro apparatchik itamita, quien participó en un panel deslucido (http://www.alfredojalife.com/north-american-energy-summit/).

Los multimedia de Estados Unidos –ya no se diga los desinformadores del “México neoliberal itamita”, con la excepción de algunas notas marginales que espulgué– pasaron deliberadamente por alto la trascendental cumbre energética a la que asistieron el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el secretario de Estado, John Kerry (http://www.ibtimes.com/watch-live-vice-president-biden-delivers-keynote-goldman-energy-summit-new-york-1598280).

David Giambusso reseña que en la cumbre de Goldman Sachs, Biden urgió a inversiones en infraestructura y en energía renovable con el fin de “arrear (sic) el boom (sic) energético de las décadas (sic) por venir” (http://www.capitalnewyork.com/article/city-hall/2014/06/8547001/goldman-summit-biden-urges-investment-infrastructure-and-renewable).

Joe Biden prosigue obstinadamente con el contumaz discurso mendaz y pugnaz sobre la revolución energética de Estados Unidos como la nueva Arabia Saudita del siglo XXI, pese a las aparatosas refutaciones de la EIA (http://www.jornada.unam.mx/2014/05/28/opinion/018o1pol), a menos que el vicepresidente considere ya como expropiadas las pletóricas reservas del “México neoliberal itamita”: tanto en las aguas profundas del Golfo de México como en la Cuenca de Burgos y el noreste mexicano, donde la dupla Peña/Videgaray participará como lejana observadora sin capacidad tecnológica ni de vigilancia, ni física ni contable.

Joe Biden emitió la aburrida arenga transformadora de la propaganda de la dupla Peña/Videgaray que convertirá a Estados Unidos (nota: ¡no a México!) en una superpotencia (¡supersic!) energética, cuando Estados Unidos se encuentra –que no México– en medio de una transformación (sic) energética que literalmente está cambiando el mundo.

Estados Unidos debe invertir sincrónicamente en la infraestructura que ha quedado rezagada y Joe Biden advirtió que específicamente la infraestructura del gas natural (léase: gasoductos y terminales para su licuación) necesitaba reparaciones, así como triplicar la presente tasa de inversión.

El polémico vicepresidente –que acaba de agraviar a los alemanes como xenófobos– exultó que Estados Unidos es “el principal exportador de productos del petróleo –nota: de elevado valor agregado– y el mayor productor de gas natural”, además de que la administración Obama ha triplicado la energía eólica y ha incrementado más de 10 veces la energía solar.

Joe Biden no está actualizado de los estrujantes desmentidos de la EIA que podaron en 96 por ciento las cuentas alegres sobre las reservas del yacimiento Monterey, que hubiera abastecido con dos terceras partes el total de extracción del gas shale (esquisto/lutita/grisú/bituminoso/pizarra) de Estados Unidos, y alardea que el boom del shale gas estadunidense ha apaciguado los mercados foráneos, donde la menor demanda de Estados Unidos ha dado mayores opciones de combustible fuera de Rusia y la OPEP a las empresas europeas y asiáticas.

La cosmogonía ultrarreduccionista de Joe Biden extrapola desde el vacío que la suficiencia (¡supersic!) energética de Estados Unidos incrementa su habilidad para influir en los eventos en el mundo y reduce la habilidad de algunos países de usar a la energía como arma. ¡Ajá!

Aconsejó a los banqueros apostar en el carbón cuando Obama acaba de anunciar parámetros para restringir su emisión, mientras advertía sobre el riesgo de que Estados Unidos importe energía renovable.

Maria Galucci, de International Business Times, reporta su visión de la cumbre muy reservada y coloca en relieve la apuesta de Joe Biden en la energía limpia debido al impacto del cambio climático cuando “el boom energético debe ser visto como una transición (sic) no sólo hacia una mayor independencia energética, sino también en energía renovable” (http://www.ibtimes.com/biden-speech-highlights-paradox-all-above-energy-strategy-celebrating-oil-gas-calling-1598784).

Desde luego que la independencia energética de Estados Unidos pasa por la dependencia del “México neoliberal itamita” bajo el esquema de seguridad energética de Norteamérica, próxima a ser colocada bajo el paraguas militar del Comando Norte (NorthCom).

Ya expuse que los infogramas de Goldman Sachs demuestran que el principal sostén de Norteamérica provendrá de las pletóricas reservas de hidrocarburos del “México neoliberal itamita” (http://www.jornada.unam.mx/2014/06/11/politica/018o1pol?partner=rss).

Maria Galucci reporta que la cumbre de Goldman Sachs congregó a la “ crème de la crème” de los sectores público y privado de Estados Unidos/Canadá/México (Norteamérica), cuando los tres países han creado una relación comercial de un millón de millones de dólares (un trillón en anglosajón) y su cooperación (¡supersic!) en energía crece cada día más íntimamente (sic), con algunos escollos como es el caso del oleo/gasoducto Keystone XL de Canadá. Joe Biden no exhibió ningún escollo del lado del sumiso “México neoliberal itamita”.

Dejo de lado los megaescándalos del mancillado Goldman Sachs, que se dispone a tomar el lugar de otros bancos de inversiones para crear la especulativa burbuja financierista en el “México neoliberal itamita”, tanto en las aguas profundas del Golfo de México como con el shale gas del noreste mexicano.

¿Asistió a la cumbre de marras y amarres el mayor banco inversionista del mundo Black Rock, que preside el israelí-estadunidense Larry Fink (http://www.jornada.unam.mx/2013/12/11/opinion/026o1pol)?

El tropismo energético/gasero del clan Biden es proverbial: Hunker, hijo del controvertido vicepresidente, es copropietario de la principal gasera privada de Ucrania (http://rt.com/business/158660-biden-son-ukraine-company/).

Antes del espíritu de Toluca, donde Obama selló con Peña la seguridad energética de Norteamérica, Joe Biden –en forma insólita contraviniendo la verticalidad del protocolo– se había reunido con Videgaray (http://es.scribd.com/doc/192136282/Biden-Videgaray), mientras Emilio Lozoya Austin, miembro del Instituto México (sic) del Wilson Center/ITAM (apadrinado por el Departamento de Estado), recibía instrucciones de Condy Rice (http://www.jornada.unam.mx/2013/07/31/politica/020o1pol), directiva de Chevron, ex secretaria de Estado y ex asesora de Seguridad Nacional de Baby Bush (http://es.scribd.com/doc/190772672/CRice1).

¿Cuál es la dimensión geopolítica de la cumbre energética de Norteamérica?

Mediante las pletóricas reservas de sus dos vecinos sumisos, México y Canadá, y bajo la metáfora de Norteamérica diseñada para cándidos, Estados Unidos responde así al histórico acuerdo gasero de Rusia y China (http://www.jornada.unam.mx/2014/05/25/opinion/012o1pol), que asienta un nuevo orden geoestratégico tripolar: Estados Unidos, Rusia y China.

LaJornada

Fracking: el opio del neoliberalismo financierista, por Alfredo Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, Economía, EEUU, Estafa, Fracking, Gas esquisto, Geopolítica, Opinión on 02/06/2014 by athelvok

 

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Instalaciones de la plataforma de exploración Bicentenario de Industrial Perforadora Campeche, Grupo R, con capacidad de perforación profunda y semiprofunda, en el pozo Talipao 1 en el Golfo de México, en agosto de 2011. Foto José Carlo González

 

Oil and Energy Insider (30/5/14) expone las “altas y bajas del shale gas/petróleo” y cita un reporte de Bloomberg, una agencia ultrabursatilizada de Nueva York (http://www.bloomberg.com/news/2014-05-26/shakeout-threatens-shale-patch-as-frackers-go-for-broke.html), que sugiere que la industria sufre una deuda enorme mientras los ingresos continúan siendo desalentadores.

Según el muy sesgado Bloomberg, “la deuda por shale casi se ha duplicado en los pasados cuatro años, mientras los ingresos han sido solamente de 5.6 por ciento”.

Resulta que los ingresos se han expandido un minúsculo 5.6 por ciento, peligrosamente superados por la deuda, que ha alcanzado hasta 163 mil 600 millones de dólares al primer trimestre por 61 (¡supersic!) empresas de exploración y producción, como Forest Oil Corp, Goodrich Petroleum Corp y Quicksilver Resources Inc. que han acumulado intereses por gastos hasta más de 20 por ciento (¡supersic!).

La moraleja de Bloomberg es que la “industria shale está madura para una gran sacudida (¡supersic!)”, por lo que las pretendidas inversiones masivas en las terminales de gas natural licuado (LNG, por sus siglas en inglés) se encuentran fuera de lugar.

Que conste que la sede de Bloomberg en Nueva York es adonde se fue a humillar el director entreguista de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el fanático neoliberal Enrique Ochoa Reza, para suplicar la bursatilización de los hidrocarburos de México en beneficio de las trasnacionales anglosajonas mediante el truco contable del booking.

Nick Cunningham comenta que “la industria shale de Estados Unidos puede ser mucho menos saludable (sic) de lo que mucha gente piensa” (http://oilprice.com/Energy/Energy-General/Is-The-Shale-Industry-About-To-Experience-A-Shakeout.html). Sin duda: ¡es insalubre higiénica y financieramente!

Mientras muchas empresas del shale se alínean para presentar su quiebra, las empresas que invierten dinero construyendo terminales de exportación de LNG, que cuestan miles de millones de dólares, pueden empezar a verse como un poco infladas (sic).

Las consecuencias del estallido de la burbuja del shale (http://www.jornada.unam.mx/2014/05/ 28/opinion/018o1pol) reverberarán al sector eléctrico, lo cual alentará la inversión en energía renovable –que no opera de la noche a la mañana–, cuando el carbón y la energía nuclear son poco competitivas en el siglo XXI de Estados Unidos.

Se desploma el espejismo neoliberal de Estados Unidos como la nueva Arabia Saudita del siglo XXI –que vendieron descabelladamente aquí los entreguistas IMCO, ITAM y Rozental y Asociados– y se esfuma la alucinación de la independencia energética de Washington, que engaña a sus aliados de Europa y Asia con su falsificada abundancia exportadora.

Nick Cunningham sentencia que la “revolución shale ha sido el opio (¡supersic!) para muchos de los problemas de energía de Estados Unidos durante varios años”, pero tal adicción puede empezar a cambiar cuando la industria empiece a tambalearse.

El portal Testosterone Pit (http://www.testosteronepit.com/home/ 2014/5/29/why-the-promise-of-american-lng-exports-is-gassy-hype.html) juzga que la promesa de las exportaciones de LNG por Estados Unidos son una exageración burbujeante cuando el “auge del fracking ha causado terremotos, no solamente en Oklahoma, sino también en las mentes (¡súpersic!) de los especuladores, los artistas (¡súpersic!) ampulosos y los traficantes de dinero de Wall Street, subsidiados por el tsunami del financiamiento sin interés en el subterráneo, mientras el precio de gas natural permaneció tercamente por debajo del costo de su producción”.

El elusivo precio del LNG depende además de las contingencias meteorológicas de los próximos verano e invierno, que han puesto al desnudo toda la burbuja del fracking.

Las megapetroleras anglosajonas –ExxonMobil, Shell y BP–, ya no se diga la francesa Total, apuestan a los hidrocarburos de Rusia, pese a las hilarantes sanciones de Obama (http://oilprice.com/Energy/Energy-General/Exxon-BP-Defy-White-House-Extend-Partnership-with-Russia.html).

Llama la atención el silencio ensordecedor de los multimedia anglosajones sobre el estallido de la burbuja del fracking, que reduce sustancialmente laas miríficas reservas de Estados Unidos tan publicitadas.

Un grupo del MIT (Massachusetts Institute of Technology) que realizó un análisis de los datos de la producción de las principales regiones shale de Estados Unidos reveló que su producción declinaba dramáticamente hasta 60 por ciento en los primeros 12 meses de la extracción, dejando 20 por ciento asequible después de 20 años, y un magro 10 por ciento después de siete años adicionales, como expone el académico estadunidense-alemán F.W. Engdhal, quien se mofa de que “las empresas de energía shale gastaron más de lo que ganaron, creando una burbuja de bonos de deuda chatarra con el fin de que el esquema Ponzi (nota: de alta especulación) siguiera su juego”.

Engdhal considera que tal burbuja estallará al segundo mismo de que la Reserva Federal insinúe que las tasas de interés serán incrementadas (http://journal-neo.org/2014/05/12/washington-s-shale-boom-going-bust/). Ante la evidencia, no faltan badulaques como el gerente de Conoco/Philips, Ryan Lance, quien usando una barata analogía del beisbol exultó que la revolución del shale gas en Estados Unidos apenas “se encuentra en el primer inning de un juego de nueve entradas”.

Hasta Daniel Yergin, laureado anteriormente por sus investigaciones en petróleo, ahora como empresario asociado a la consultora IHS sucumbe a la adicción del opio desinformativo del fracking y llega a soñar que el inminente auge exportador de Estados Unidos disminuirá los precios del barril de petróleo mediante la exportación de medio millón de barriles al día a Europa para competir con Rusia y África Occidental ( v. gr. Nigeria y el Golfo de Guinea).

Engdhal comenta que el “presente auge (¡supersic!) del shale en Estados Unidos es sostenido por los esteroides (sic)”, es decir, por la laxa política crediticia de la Reserva Federal, lo que no obsta para que una empresa gasera estadunidense, como Rice Energy, haya obtenido una evaluación degradante por las de por sí mendaces calificadoras, muy por debajo del grado de inversión.

De las 97 empresas de producción y exploración de energía cotizadas por la calificadora estadunidense Standard and Poor’s (S&P), 75 (¡supersic!) se encuentran en estado chatarra o debajo del grado de inversión, por lo que la cacofónica “revolución shale es nada menos que un esquema Ponzi disfrazado de revolución energética”.

Está bien que Obama anhele rescatar a la Unión Europea (UE) de las supuestas garras de la exportación del oso ruso, pero ¿de dónde sacará Estados Unidos el LNG prometido con el fin de que la alicaída UE firme el polémico acuerdo comercial trasatlántico de inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) del que, sin permiso ciudadano, forma parte el “México neoliberal itamita”?

¿Sacan cuentas alegres en Wall Street de la próxima explotación sin miramientos del shale gas/petróleo del marchito noreste mexicano, pese a todos sus cataclismos ambientales?

Estados Unidos engaña con la burbuja del shale gas cuando su verdadera exportación yace en el tesoro de las pletóricas reservas de hidrocarburos en el Golfo de México que regaló insensatamente la reforma energética Peña/Videgaray/Aspe del “México neoliberal itamita”.

LaJornada

¡Estalló la burbuja del gas/petróleo shale en EU!, según EIA, por Alfredo Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, Economía, EEUU, Estafa, Fracking, Gas esquisto, Opinión on 28/05/2014 by athelvok

 

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Una calcomanía –con la leyenda «bienvenidos al infierno» (hell en inglés)– en contra de la petrolera Shell fue pegada en un carro de la ciudad de Slaviansk, al este de Ucrania. Foto Reuters

Uno de los tres ejes de la reciente presentación de mi libro Muerte de Pemex y suicidio de México versa justamente sobre la burbuja del gas shale (esquisto bituminoso/grisú/pizarra/lutita), al unísono del verdadero tesoro en las profundidades del Golfo de México –genuina apoteosis geopolítica de Estados Unidos– y el cadáver de la producción de hidrocarburos en tierra firme/aguas someras del agónico Pemex.

Mientras el zar geoenergético global Vlady Putin descolgaba el acuerdo gasero histórico con el mandarín Xi Jinping, la Administración de Información de Energía de EU (EIA, por sus siglas en ingles) filtraba la debacle del gas/petróleo shale en su principal yacimiento en Monterey (California), que supuestamente constituía las dos terceras partes de todo el “petróleo shale” de las fuentes técnicamente recuperables de EU.

La dramática revisión de la EIA ahora calcula tales reservas californianas en solamente 4 por ciento de las estimaciones originales: ¡96 por ciento menos (así, con dos dígitos)!

El demoledor hallazgo de la EIA pospone a las calendas griegas la muy cantada independencia energética de EU ensalzada por los turiferarios bursátiles como la nueva Arabia Saudita del siglo XXI.

Le llueve sobre mojado a Barack Obama cuando pierde la batalla energética global frente a Rusia en Eurasia, Ucrania/Crimea y ahora en el propio EU, con la excepción notable del México neoliberal itamita, donde como nuevo Hernán Cortés se apodera del Golfo de México –cuyo nombre desean cambiar a Golfo de EU– gracias al entreguista espíritu de Toluca. Como reza el apotegma penal, a confesión de partes relevo de pruebas.

Chris Martenson, de Peak Prosperity, expone que “el milagro (¡supersic!) del petróleo shale desaparece: la formación Monterey fue degradada en 96 por ciento” .

Ni el sesgado Bloomberg, bursatilizado a ultranza, puede ocultar el desastre anunciado por la EIA.

En forma increíble, el shale de Monterey es degradado de 13 mil 700 millones de barriles (mdb) –proyecciones de 2012– a unos magros 600 mdb de petróleo recuperable.

Siempre advertimos sobre las cuentas alegres del boom potencial del gas shale y Martenson se mofa de las matemáticas simplonas, cuyas cifras miríficas ahora hay que ajustar a la baja: los ingresos por impuestos pasarán de 24 mil 600 millones de dólares a solamente 984 millones de dólares y los casi 3 millones de empleos se reducirán sustancialmente a solamente 112 mil empleos.

Ahora resulta que la geología subterránea es compleja (sic), sin contar que el petróleo extraído del shale viene con tremenda demanda de agua y daños ambientales, en infraestructura y en contaminación, según Martenson, a quien se le pasa por alto la producción de sismos, la exacerbación del calentamiento global por metano, la toxicidad de los escasos mantos freáticos y la inyección de sustancias químicas cancerígenas.

Lo mejor del sarcasmo de Martenson se centra en la razón por la cual la EIA mostró cifras abultadamente ridículas: se basó en las estimaciones de una infalible empresa privada (¡supersic!).

No tengo tiempo para hacer leña del bosque caído del neoliberalismo financierista que apadrinó aviesamente y sin juicio crítico la especulación de la burbuja del gas shale.

Según Martenson, el desastre de los activos del shale Monterey es un tremendo golpe específicamente a Occidental Petroleum, más ampliamente a los sueños (sic) de energía y el empleo de California, y a nivel nacional a los sueños de la energía de EU.

En fechas recientes ya no se entendía cómo Rice Energy gastaba cuatro dólares para ganar solamente uno en la extracción del gas shale.

Ante la debacle del gas/petróleo shale del mayor yacimiento en EU, ¿qué advendrá del noreste mexicano, en especial de la cuenca de Burgos, prolongación de Eagle Ford (Texas)? ¿El controvertido gas shale mexicano es otro mito genial (Pedro Aspe dixit) del México neoliberal itamita?

Como último clavo en el féretro de la revolución energética de EU, Nafeez Ahmed, del rotativo británico The Guardian, fustiga que “la devaluación de las dos terceras partes del petróleo shale de EU explota el mito del fracking: las estimaciones superinfladas de reservas de la industria se están desenmarañando con el sueño estadunidense de independencia petrolera”.

Ahmed considera que “la devaluación del yacimiento Monterey constituye un severo golpe mortal a las ínfulas de la industria petrolera sobre una nueva era dorada de independencia energética de EU mediante el fracking no convencional de petróleo y gas”.

Ahmed menciona al connotado analista Jeremy Leggett, quien, citando las estimaciones exageradas de la industria petrolera, comentó que si la realidad de las reservas y la producción son significativamente menores a los pronósticos de la industria, podríamos estar en riesgo de un choque petrolero (¡supersic!) ya en los próximos cinco años ¡Uf!

Hasta Ap cita una investigación de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés) de que la oficina del Departamento del Ministerio del Interior del Manejo Territorial omitió inspeccionar adecuadamente miles (¡supersic!) de yacimientos de petróleo y gas que son potencialmente un alto riesgo para el daño acuífero y ambiental.

Quedan en indeleble ridículo en EU su principal think tank, Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) y su publicación propagandista Foreign Affairs, así como el desinformativo Wilson Center –con su asociado neoliberal ITAM, su repetidora carente de sindéresis con su bisagra, el pirata británico Duncan Wood–, quienes apadrinaron el espejismo del gas shale.

El ridículo en México es inenarrable de parte del consuetudinariamente mendaz IMCO (Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI) –que dirige el dueño del equipo Toluca de futbol, Valentín Diez Morodo, quien eludió pagar al fisco 7 mil millones de dólares y cuyo empleado, el pugnaz cuan locuaz publicista Juan Pardinas Carpizo, exigió el aplastamiento militar para aprobar la reforma energética Peña/Videgaray/Aspe–, al unísono de la distópica CNH donde Edgar René Rangel Germán alucina, para beneficio de sus amos en Stanford, que el fracking no (¡supersic!) produce sismos.

Que conste que desde hace casi un año advertí: “El mítico gas shale de Norteamérica (EU/México/Canadá): ¿burbuja a punto de estallar?”.

LaJornada

Congreso de EU devela las sustancias químicas cancerígenas y contaminantes del fracking, por Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, EEUU, Enfermedad, Fracking, Gas esquisto, Medio ambiente, Opinión on 07/05/2014 by athelvok

 

Alfredo Jalife-Rahme
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Protesta contra el fracking ante el Parlamento rumano, en Bucarest, el mes pasado. Foto Reuters

Todo el complejo industrial petrolero/gasero de Estados Unidos se ha volcado en una colosal promoción publicitaria sobre los supuestos efectos benéficos del fracking, susceptible de convertir a ese país en la nueva Arabia Saudita energética del siglo XXI.

La reciente publicación bimestral de Foreign Affairs (mayo/junio 2014), portavoz del muy influyente Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés), adopta sin tapujos al polémico fracking como la nueva arma letal energética/geoestratégica de Estados Unidos.

La crítica al tóxico fracking –fracturación hidráulica para extraer grandes cantidades de shale gas (esquisto/lutitas/grisú/pizarra) con inyección masiva de agua y de sustancias químicas secretas– ha provenido primordialmente del sector científico (geólogos, sismólogos, químicos, etcétera), la cual ha quedado confinada al ámbito académico de sus insignes publicaciones, desde la revista Science hasta Proceedings of the National Academy of Sciences , que pecan por carecer de una adecuada difusión en los multimedia controlados por los plutocráticos intereses petroleros/gaseros de Estados Unidos.

La crítica al ominoso fracking ha abarcado la producción de sismos –que niega absurdamente la entreguista Comisión Nacional (sic) de Hidrocarburos del “México neoliberal itamita” controlado por Estados Unidos–, el agotamiento y la contaminación del agua (en medio de la peor sequía de Estados Unidos en los recientes 100 años) y la exacerbación del calentamiento global por la masiva emisión de metano.

Sólo falta(ba) la identificación de la secreta centena de sustancias químicas inyectadas con el agua.

Con un retardo de tres años permea desde la cúpula del Congreso de Estados Unidos el primer reporte sobre un inventario nacional de sustancias químicas usadas por las empresas del fracking.

El punto nodal del desconocimiento de la identidad de las misteriosas sustancias químicas del fracking fue elucidado por un reporte del Comité de Energía y Comercio del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes de Estados Unidos.

El comité de marras coloca en la picota la “seguridad (¡supersic!) del fracking”, combinada con el secreto (¡supersic!) sobre las sustancias químicas usadas con los fluidos: “entre 2005 y 2009, las 14 principales empresas de fracking de Estados Unidos usaron más de 2 mil 500 productos que contenían 750 compuestos, de los cuales más de 650 contenían químicos conocidos como carcinógenos (¡supersic!) humanos o enlistados como peligrosos contaminantes de la atmósfera”.

¿Cómo ha de estar la ominosa situación ahora, cinco años después?

El comité fustiga que gran parte de las sustancias químicas pueden ocasionar un riesgo severo a la salud de los humanos o al medio ambiente.

Las trasnacionales petroleras/gaseras como Halliburton y Schlumberger usan productos del fracking que contienen 29 sustancias químicas con tres características: 1) son conocidas como carcinógenos humanos; 2) están reguladas bajo la Enmienda del Agua Potable Segura (SDWA, por sus siglas en inglés) debido a sus riesgos a la salud humana, y 3) están enlistadas como contaminantes de la atmósfera bajo la Enmienda del Aire Puro.

Resulta que en el referido lapso las empresas del fracking usaron 95 productos que contienen 13 diferentes carcinógenos, que incluyen naftaleno, benceno y acrilamida.

Las empresas usaron el mayor volumen de fluidos conteniendo uno o más carcinógenos en Texas, Colorado y Oklahoma.

Tanto Texas como Nuevo México son fronteras con el “México neoliberal itamita”, que ha adoptado al fracking sin miramientos a la salud pública de los ciudadanos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Sonora, ante la pusilanimidad de sus anodinos gobernadores, secuestrados por el presupuesto federal.

La amplia mayoría de las sustancias químicas supuestamente reguladas por SDWA fueron compuestos conocidos como BTEX: benceno, tolueno, xileno y etilbenceno.

Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la Agencia Internacional para Investigación del Cáncer y la Agencia de Protección (sic) Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), el benceno es un carcinógeno humano, mientras que la exposición crónica (sic) al tolueno, etilbenceno o xilenos puede también dañar el sistema nervioso central, el hígado y los riñones. ¡Uf!

Las trasnacionales del fracking inyectaron más de 30 millones de galones de combustible diésel o fluidos de fracturación hidráulica que contienen combustible diésel en los yacimientos de 19 estados, cuando en su reporte de 2004 la EPA había sentenciado que “el uso de combustible diésel en los líquidos del fracking constituye la mayor (¡supersic!) amenaza a las fuentes subterráneas de agua potable”, ya que contiene constituyentes tóxicos que incluyen los componentes BTEX.

En el mismo lapso se usaron 595 productos conteniendo 24 diferentes contaminantes de la atmósfera, en los que resaltan el fluoruro de hidrógeno, el plomo y el metanol.

El fluoruro de hidrógeno es altamente corrosivo y es un veneno (sic) sistémico que puede llegar a ser fatal.

El plomo es un metal pesado particularmente dañino al desarrollo neurológico de los niños; además, puede ocasionar problemas de salud en los adultos, que incluyen problemas reproductivos, hipertensión y trastornos nerviosos.

El tóxico metanol es un contaminante de la atmósfera que “ha aparecido más frecuentemente en los productos del fracking”.

Una aberración radica en que “varios componentes químicos de los líquidos de fracking usados por las empresas” fueron listados como secretos comerciales o de propiedad.

Por cierto, el comité de marras solicitó a las trasnacionales del fracking la divulgación y transparencia de sus productos para informar sobre su propiedad/secreto comercial y salieron con una excusa pueril al “carecer de la información de la propiedad de los productos por haber sido comprados ‘fuera de los estantes’ de los proveedores”. Sin comentarios.

Los congresistas dedujeron que “parecía que las empresas del fracking inyectan líquidos que contienen sustancias químicas desconocidas (¡supersic!) de las cuales pudieran tener conocimiento limitado (¡supersic!) sobre los riesgos potenciales a la salud humana y al medio ambiente”. ¿Gozan de patente neoliberal de corso texano?

El perturbador reporte resulta paradójicamente didáctico para los aprendices de brujo, como el “México neoliberal itamita”, que desean experimentar el espejismo de la seudo revolución energética del siglo XXI fraguada por la polémica extracción del shale gas –a mi juicio, una vulgar burbuja financierista de Wall Street–, que atenta contra la biosfera: el espacio donde cohabitan todos los seres vivientes de la creación.

Hasta aquí cualquier país interesado en la salud pública de sus ciudadanos hubiera detenido el tóxico fracking, en espera de sopesar integralmente su costo-beneficio. En bioética, esta actitud prudente es avalada por el principio de precaución.

LaJornada

Fracking: emisión de metano mucho peor, según Proceedings of the National Academy of Sciences, por Jalife-Rahme

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, Fracking, Gas esquisto, Medio ambiente, Opinión on 30/04/2014 by athelvok

 

Alfredo Jalife-Rahme
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Trabajos de fractura hidráulica (fracking) el 25 de marzo pasado por la empresa Encana, en las inmediaciones de la población de Mead, en Colorado, Estados Unidos. Foto Ap

Las rigurosas críticas contra el fracking no alcanzan en cantidad a sus publicistas lubricados por el lobby del gas shale y sus banqueros de Wall Street, pero sí los rebasan en calidad, como las publicaciones del más alto nivel científico, como Scientific American (11/4/14), Science y ahora Proceedings of the National Academy of Science ( PNAS).

Más allá de la gradual desintoxicación de la opinión pública desinformada masivamente sobre el gas shale por sus grupos de interés petroleros/financieros de Wall Street, hasta la popular publicación USA Today (9/3/12) expone a contracorriente propagandística que el desregulado fracking está vinculado a los sismos en Ohio.

En la fase presente se puede concluir categóricamente que el tóxico fracking causa sismos, al contrario de las alucinaciones de la mendaz cuan anticiudadana Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) del México neoliberal itamita.

Lo único que está en tela de juicio es su magnitud cuando sus panegiristas invocan que sus sismos provocados no rebasan los 4 grados Richter, frente a sus feroces críticos que invocan su efecto mariposa y su acumulado efecto retardado. Son muchas las depredaciones que causa el fracking y hasta por beneficio de la disquisición podríamos incluso admitir que sólo provoca micro-sismos y no megasismos.

Pero lo innegable del tóxico fracking es su uso/abuso del agua en zonas de sequía (Texas y California), no se diga la contaminación de sus escasos mantos freáticos por las 100 misteriosas (¡supersic!) sustancias químicas que son inyectadas en forma simultánea.

Los hallazgos del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU sobre la exacerbación del calentamiento global debido a la alta emisión de gases de efecto invernadero, primordialmente metano, parece ser motivo del mercadeo de sus proponentes, cuando el fracking ha sido prohibido en prácticamente toda la Unión Europea (UE).

El estudio del PNAS es transcendental, pues vuelve a poner en tela de juicio la emisión del metano, ya que en forma extraña el IPCC ha renegado de sus hallazgos previos y ha sufrido una reconversión ideológica, llegando hasta sentenciar insólitamente que el fracking “es una razón importante para la reducción (¡supersic!) de emisiones de gases invernadero en EU”, dejando la puerta abierta para más estudios al respecto.

Pero ahora que ha surgido la virtual guerra del gas natural entre Rusia y la UE debido a la crisis ucrania, los fanáticos neoliberales de Bruselas, pese a todas las evidencias contrarias (Bajo la Lupa, 23/4/14), pretenden abrir las llagas cicatrizadas del gas shale que los propagandistas del lobby gasero/petrolero de Texas, al unísono de los financieros de Wall Street, exigen utilizar para paliar el chantaje ruso.

Más allá del debate sobre el fracking y sus efectos deletéreos en las fracturas tectónicas del planeta –amén de la sequía que provoca, contaminación de mantos freáticos, daño a la salud pública por las misteriosas 100 sustancias químicas inyectadas–, específicamente su elevada emisión del metano, mayor que el bióxido de carbono, es de nueva cuenta puesta en la picota nada menos que por la publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de EU, PNAS, que ha tenido a varios premios Nobel de ciencias en su seno, con un gran impacto en los científicos tanto de EU como del mundo. El PNAS exhuma la toxicidad del fracking por su emisión subreportada de metano que exacerba el cambio climático mucho más que el bióxido de carbono.

El muy solvente portal The Christian Science Monitor divulga a un nivel más popular los hallazgos estrujantes del PNAS que explaya Nicholas Cunningham: “Las emisiones de metano por fracking pueden ser mucho mayores que las estimadas previamente”. Los “resultados son perturbadores porque el gas shale ha sido publicitado por los supuestos beneficios (sic) de sus emisiones cuando se comparan al carbón”. Ahora resulta que Belzebú es mejor que Nosferatu.

El estudio del PNAS, encabezado por científicos de Purdue y Cornell, sugiere que “las emisiones de metano de gas shale podrían ser mayores a lo previamente pensado”, basado en la medición de emisiones fugitivas (sic) de metano en Pensilvania por una aeronave sobre los sitios de exploración mediante la colecta de muestras. Cunningham juzga que los hallazgos son perturbadores.

El problema con la medición del metano es dónde (centro o periferia de la perforación) y cuándo se mide (su fase de extracción). Cunningham juzga que “se necesitan más estudios, pero la evidencia (¡supersic!) sugiere que existe una posibilidad que el gas shale no es mejor para el clima que el carbón”.

Otro problema es que este tipo de publicaciones del más alto rigor científico no sean conocidas por la opinión pública, lo cual radica en el secuestro y/o el dominio catastral de los interesados multimedia por las megatrasnacionales gaseras/petroleras vinculadas a Wall Street, como es el caso flagrante del mayor banco invisible de inversiones del mundo BlackRock que controla a las principales petroleras de EU, no se diga a sus gaseras y multimedia.

Y ahora nos vamos con el árbitro: la polémica Agencia de Protección (¡supersic!) al Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés), cuya supuesta neutralidad ha sido cuestionada cuando su reglamentación tendrá efecto en 2015 para “gobernar los nuevos sitios de fracking” y que obligará a los operarios a capturar el metano emitido.

Lo mejor que se puede decir de la parcialidad flagrante de la EPA, que ha beneficiado a las gaseras/petroleras texanas y a los inversionistas de Wall Street, es que sus supuestas regulaciones han sido muy laxas, por no decir inexistentes, y sólo sirven para engañar con el espejismo de la revolución energética estadunidense del siglo XXI.

Según Cunningham, el estudio del PNAS también sugiere que la EPA no posee siquiera los datos básicos para regular, por lo que se duda mucho que sus futuras reglamentaciones sean apropiadamente calibradas. ¡Uf!

Esta EPA se parece mucho a las vilipendiadas agencias bananeras, como el enterrado IFE, el sesgado Ifetel/Cofetel y la opaca Ifai del México neoliberal itamita.

Abandonando el bioético principio de precaución, lo peor es que el México neoliberal itamita, con la tercera mayor reserva de gas shale del mundo y sus marionetas adoctrinadas en la mendaz CNH, cada vez menos representativos de los ciudadanos, luego saldrán a rumiar los hallazgos sesgados de la EPA y se concretarán a obedecer las órdenes de la Seguridad Energética de Norteamérica en detrimento de la salud pública.

LaJornada

Fracking: un pozo sin fondo

Posted in Enfermedad, Fracking, Gas esquisto, Medio ambiente on 25/04/2014 by athelvok

Colectivo

Viernes 25 de abril de 2014

[El debate sobre los riesgos sanitarios y medioambientales de nuevas tecnologías de riesgo está cobrando creciente importancia. De entre ellos uno de los importantes, incluido en el propio Estado español, es el referido a la de la fractura hidráulica de gran volumen o “fracking” para obtener combustibles fósiles. A continuación se recoge la presentación de un interesesante informe sobre el tema y se da el enlace para acceder al documento completo]

Un importante acuerdo comercial que se está negociando actualmente entre la Unión Europea (UE) y los Estados Unidos (EE UU) amenaza la capacidad de los Gobiernos para proteger a las comunidades, a los ciudadanos y las ciudadanas, y el ambiente de nuevas tecnologías de riesgo como el fracking.

La Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP en inglés) abarca un gran abanico de temas y sectores, entre los cuales la seguridad alimentaria, los productos transgénicos, los productos químicos tóxicos, los combustibles altamente contaminantes y la protección de datos. Las conversaciones amenazan con mermar o erosionar salvaguardias acordadas democráticamente y establecidas para proteger el ambiente y las personas en beneficio de las ganancias de las grandes empresas.

Las negociaciones favorecerán muy probablemente la protección de las inversiones corporativas por encima de la protección de la ciudadanía y el ambiente, y permitirán que las compañías exijan una indemnización cuando las decisiones de un Gobierno afecten a sus ganancias. Esto podría beneficiar a las compañías que buscan explotar recursos naturales mediante tecnologías peligrosas y cuyas actividades puedan verse afectadas por regulaciones en materia de ambiente o salud.

El fracking –o fractura hidráulica de gran volumen– se utiliza para extraer combustibles fósiles no convencionales de difícil acceso, como gas y el petróleo de esquisto, el gas de arenas compactas y el metano en vetas de carbón. El fracking incrementará la disponibilidad de suministros de gas, confinándonos a la dependencia de combustibles fósiles durante varias décadas.

Cada vez son más las pruebas de los enormes riesgos e impactos sanitarios y ambientales del fracking y esto está generando una extensa oposición pública entre las comunidades, tanto en la UE como en los EE UU.

Este dossier informativo analiza cómo la TTIP podría limitar la capacidad de los Gobiernos para regular el desarrollo y la expansión del fracking. En sus páginas se arguye que la TTIP podría socavar las medidas de los Gobiernos para luchar contra el cambio climático y proteger a la ciudadanía; podría expandir el fracking al acabar con la capacidad de los Gobiernos para controlar la exportación de gas natural y podría significar que los Estados se vean obligados a pagar a las corporaciones cantidades astronómicas en concepto de indemnización por “beneficios perdidos”raíz de la adopción de regulaciones. Finalmente, insta a la UE y los EE UU a excluir los derechos de solución de controversias inversor-Estado de este acuerdo y de otros acuerdos comerciales en fase de preparación, como el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA en inglés) entre la UE y Canadá.

04/2014

El dossier informativo completo está disponible en:

www.tni.org/sites/www.tni.org/files/download/ttip-isds-fracking-briefinges.pdf

Los autores son: Natacha Cingotti (Amigos de la Tierra Europa), Pia Eberhardt (Corporate Europe Observatory), Timothé Feodoroff (Transnational Institute), Antoine Simon (Amigos de la Tierra Europa), Ilana Solomon (Sierra Club). Con la colaboración de: Maxime Combes(ATTAC Francia), Paul de Clerck (Amigos de la Tierra Europa), Peter Fuchs (Powershift), Pietje Vervest (Transnational Institute).

VientoSur

Las quimeras de Obama: el fracaso del shale gas, según William Engdahl

Posted in Alfredo Jalife-Rahme, Economía, EEUU, Fracking, Gas esquisto, Opinión, Rusia, UE on 23/04/2014 by athelvok

 

Alfredo Jalife-Rahme
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Habitantes de Pungesti, Rumania, se manifiestan contra la exploración de gas shale frente a una instalación de perforación de Chevron, hace dos semanas. Foto Reuters

Charif Souki, mandamás de Cheniere Energy, destinado a convertirse en el primer exportador de Estados Unidos de gas natural a finales de 2015, comentó que la “posibilidad de que Estados Unidos rescate a Europa de su dependencia energética” con Rusia era descabellada.

Nada menos que el israelí-estadunidense John Deutch, anterior jerarca de la CIA durante la administración Clinton, pertenece ostensiblemente al consejo de administración de Cheniere Energy.

Por cierto, el polémico John Deutch es químico físico formado en el MIT y es miembro de la ominosa Comision Trilateral, así como integrante del consejo directivo de trasnacionales poderosas: Citigroup, Schlumberger, Raytheon (una de las principales vendedoras de armas del mundo) y Cummins (fabricante de motores de generación de energía).

La carrera de John Deutch se vio tristemente truncada cuando fueron exhibidos los lazos de la complicidad de la CIA con el narcotráfico, además de haber sustraído información confidencial para uso personal.

Los pugnaces y mendaces propagandistas de Estados Unidos no saben siquiera hacer aritmética elemental: el consumo diario de Europa es de entre 40 mil y 50 mil millones de pies cúbicos y lo único que podrá exportar Cheniere Energy a finales de 2015 (¡supersic!) serían 2 mil 200 millones de pies cúbicos, lo cual sólo tendría impacto en el poder de negociación de Europa con Rusia.

Al parecer, Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia han sido inducidas en el mismo error en el que no habría caído aún Alemania, al menos que estén realizando cuentas alegres con el prospecto de las futuras exportaciones del gas de Australia y hasta del México neoliberal itamita, que detenta la tercera reserva mundial del shale gas (esquisto/lutitas/grisú/pizarra), que antes deberá paliar sus abultadas y carísimas importaciones.

F. William Engdahl, geopolitólogo estadunidense-alemán especializado en energía, seguridad alimentaria y finanzas –es profesor de economía de la Universidad Rhein-Main (Alemania) y profesor visitante de economía en la Universidad de Tecnología Química de Pekín, es autor de un impresionante acervo de libros contra-intuitivos y suele manejar información privilegiada–, fustiga las mendacidades de Obama sobre su pretendida ayuda a la Unión Europea (UE) para disminuir su dependencia del gas ruso (New Eastern Outlook, 7/4/14).

El investigador alemán revela que en una reunión con los líderes de la UE en Bruselas, Obama los engañó al decir que mediante la Asociación de Comercio e Inversiones Tras­atlánticas (TTIP, por sus siglas en inglés) –negociado tras bambalinas por las principales trasnacionales–, facilitaría a Estados Unidos la exportación de gas.

Obama conminó a los líderes europeos a firmar el TTIP para así expedir las licencias de exportación del gas natural licuado(GNL).

A propósito, David Ignatius, confidente oficioso de Obama, se jacta de que tanto la polémica Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés), como la controvertida TTIP, son las tenazas geopolíticas/geoeconómicas para la prevalencia unipolar de Estados Unidos.

A juicio de F. William Engdahl, la “revolución del shale gas” en Estados Unidos fracasó cuando las megapetroleras como Shell y BP anunciaron el abandono del polémico fracking por no ser redituable (ver Bajo la Lupa, 13/2/13, 17/3/13 y 6/10/13).

El nuevo mandamás de Shell (primera del mundo en el índice Fortune 500), Ben van Beurden, reconoció que el desempeño financiero no había sido aceptable en 700 mil acres de tierras de shale gas en Texas, Pensilvania, Colorado y Kansas.

F. William Engdahl expone el reciente análisis de los resultados de varios años de extracción de shale gas en Estados Unidos del veterano analista en energía David Hughes, quien explaya que “la producción de shale gas ha crecido explosivamente (¡supersic!) para alcanzar casi 40 por ciento de la producción de gas natural de Estados Unidos”.

Según David Hughes, “el alto declive de las tasas de los yacimientos de shale gas requiere ingresos continuos de capital, estimados en 42 mil millones de dólares por año, para extraer más de 7 mil yacimientos, con el fin de mantener la producción”, mientras que el valor del shale gas producido en 2012 fue de 32 mil 500 millones de dólares. ¿Alguien perfora nada más para perder?

Otra crítica feroz de F. William Engdahl radica en que la oferta del gas estadunidense a la UE para sustituir al gas ruso requiere una masiva infraestructura costosa, en la forma de la construcción de terminales de GNL que puedan recibir los inmensos supertanqueros similares a las terminales portuarias de GNL en Estados Unidos.

Más allá de las variadas leyes estadunidenses sobre la exportación de energía doméstica, sucede que no existen terminales de GNL operando en Estados Unidos cuando solamente una (¡supersic!) se encuentra en construcción en Sabine Pass y pertenece a Cheniere Energy.

F. William Engdahl explica que el problema con la terminal GNL de Sabine Pass es que la mayor parte de su gas ha sido precontratado a otros compradores de Corea del Sur, India y Asia, no a la UE.

Un segundo problema es que aun si existiese una amplia capacidad portuaria instalada para satisfacer las necesidades de la UE y sustituir el abasto ruso, “ello empujaría los precios domésticos de gas natural al alza y cortaría de tajo el auge minimanufacturero alimentado por el abundante y barato shale gas”.

En última instancia, la pretendida importación de gas estadunidense sería más cara para Europa del que actualmente paga a través de los gasoductos del Nord Stream y Ucrania.

Más allá de que no existen los supertanqueros especializados de GNL para abastecer el mercado europeo, que requieren en promedio siete años para su construcción, no se puede soslayar la aprobación ambiental cuando la opinión pública europea en su mayoría es muy reticente al tóxico fracking.

Hoy la UE obtiene 30 por ciento de su gas de Rusia: desde 14 por ciento para Francia, 27 por ciento para Italia, 36 por ciento para Alemania hasta 100 por ciento de Finlandia y los países bálticos.

F. William Engdahl sentencia que la UE no tiene una alternativa realista al gas ruso cuando Alemania, su principal economía, decidió abolir las plantas nucleares en beneficio de la energía alternativa (eólica y solar), que ha resultado un soberano desastre político y económico, lo cual ha abultado los costos de su electricidad.

El geopolitólogo alemán-estadunidense concluye que la quimera de cerrar el gas ruso y voltearse al gas estadunidense es un sinsentido económico, energético y político.

Lo peor: los mendaces publicistas del México neoliberal itamita han construido otra quimera sobre la del shale gas de Estados Unidos. Un previsible desastre sobre otro desastre.

LaJornada

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