I. El fin de las ilusiones. Una nueva recesión avanza, especialmente en las economías centrales.
La realidad vuelve a contradecir, esta vez con más intensidad que las precedentes, las previsiones de organismos internacionales (FMI, OCDE; Comisión Europea.. etc), de los gobiernos y de los gabinetes de análisis – convenientemente subvencionados – que anunciaban crecimientos sostenidos en las principales economías occidentales, y especialmente de las europeas, para 2014. Se hicieron profecías sobre un supuesto principio del fin de la crisis que carecían de cualquier fundamento, como Red Roja y cada vez más analistas serios vienen diciendo. Tales oráculos obedecían – y obedecen – a la ilusión de que transmitiendo “confianza a los mercados” éstos pudieran protagonizar el ansiado comienzo del despegue económico y a intentar vender el humo de que las políticas de ajustes, privatizaciones, recortes salariales y contrarreformas laborales sirven para impulsar el crecimiento y no sólo, como sucede, para aumentar el poder, el patrimonio y la renta de la plutocracia europea.
Esos vaticinios sistemáticamente equivocados, responden a objetivos centrales en el marco de la lucha de clases: impedir que la clase obrera sea consciente de las contradicciones irresolubles del capitalismo en crisis y que comprenda la inutilidad de sueños reformistas – con viejos o nuevos ropajes políticos – para así mantener encandilados a unos pueblos que cada vez están menos dispuestos a soportar la aniquilación de sus vidas.
Los avances en el PIB que se registraron en 2013 en la Tríada imperialista (EE.UU., UE y Japón) se debieron básicamente a la puesta en circulación de dinero público barato, prácticamente sin intereses, procedente de sus bancos centrales. Como señalan algunos analistas: los gobiernos de las grandes potencias “financian por decreto la marcha del capitalismo mundial”[i]. Inyectan grandes masas de dinero que no se invierten en la esfera productiva, poco rentable, y se emplean en la compra de bonos del tesoro a intereses mucho más altos, con lo que generan “buenas noticias”, porque el aumento de la demanda tiende a bajar la prima de riesgo.
Este “crecimiento” no sólo es absolutamente artificial y caduco, sino que contribuye a intensificar la superacumulación general de capital. Los bancos centrales están inoculando dinero a la economía para que no colapse y sustituyendo a la banca privada que no da créditos porque está ocupada en asegurar su liquidez y, sobre todo, porque no ve negocio alguno en hacerlo. No hay crecimiento productivo pero si grandes cantidades de dinero circulante, con lo que los negocios especulativos están asegurados y también cada vez más nuevas burbujas financieras.
Los datos económicos del primer semestre de 2014 han derribado todos los delirios.
La situación económica de la UE ha llevado a Paul Krugman (premio Nóbel de Economía 2008) a decir que “Europa huele a desesperación” y que sus condiciones son peores que en la Depresión de 1930. En 2013, el PIB de la UE tuvo un valor negativo del 0,2%. En 2014 tras un leve aumento del 0,2% en el primer trimestre cayó al 0% el segundo. El pronóstico era de un crecimiento del 1,2% para este año.
Los resultados de las principales economías de la zona euro son aún más demoledores:
- Para Alemania, la “locomotora europea” los cálculos hablaban de un crecimiento en 2014 del 1,8%. La realidad es que creció un 0,8% en el primer trimestre y cayó a menos 0,2% en el segundo.
- Francia tuvo un crecimiento 0 en los primeros trimestres de 2014. El Gobierno ha rebajado a la mitad sus perspectivas de crecimiento (del 1 al 0,5%) y ha anunciado que no cumplirá los objetivos de déficit en 2014, a pesar de mantener unos recortes del gasto público de 50.000 millones de euros.
- Italia, que contrajo su crecimiento en 2013 en un 1,9%, cayó un 0,1% en el primer trimestre de 2014 y un 0,2% en el segundo, entrando en franca recesión. Los vaticinios de un crecimiento para 2014 de un 0,6% se han esfumado, así como el cumplimiento del objetivo de déficit del 2,6%, que se calcula que llegue al 3%. Las presiones de la Comisión Europea sobre el Gobierno Renzi arrecian señalando la urgencia de que acometa “reformas estructurales”, es decir, nuevas contrarreformas laborales y aún más drásticas reducciones del gasto público.
En conjunto, el desempleo en la Eurozona crece de forma continuada desde hace dos años y alcanza la cifra récord de 19,2 millones de personas, de las que casi la tercera parte son aportadas por el Estado español.
Fuera de la Eurozona, el crecimiento de Gran Bretaña empieza a tener signos de estancamiento tras registrar aumentos del 3,2% en tasa interanual. No obstante es la economía europea con mayores aumentos del PIB. Las cifras macroeconómicas, que -por ahora – preservan al Reino Unido de la caída en la recesión, ocultan el brutal aumento de las desigualdades sociales que, por cierto, es uno de los principales pilares del auge del independentismo en Escocia. Efectivamente, datos recientes dan cuenta de que cinco familias acumulan más riqueza que 12,6 millones de personas, mientras el 95% de la población ha visto reducidos sus ingresos en el 12% desde 2003 y millones se hunden en la miseria. De ahí que el crecimiento espectacular en los últimos dos años de las personas partidarias de la independencia – pese a no ser mayoría en el referéndum – esté directamente relacionado con la crisis y con la oposición a las políticas británicas de recortes y privatizaciones, especialmente en lo referente a la sanidad
El PIB de EE.UU. creció en 2013 un tímido 1,9% y mientras se pronosticaba un aumento para 2014 del 2,9%, lo que hizo fue retroceder en esa misma cantidad en el primer trimestre, mientras en el segundo avanzó un 1%.
El PIB de Japón, que preveía un crecimiento del 1,2% para este año, se ha desplomado cayendo un 7,1% en tasa interanual, mayor que el sufrido en 2011 con ocasión del terremoto y el tsunami. La producción industrial sufre el mayor retroceso desde hace tres años y, sobre todo, se desploma el consumo privado (menos 19,2%) tras un aumento en abril del IVA para intentar reducir su voluminosa deuda pública que alcanza los 7,29 billones de euros (el 245% de su PIB).
Así mismo el crecimiento económico de los BRICS se debilita a pesar de seguir en cifras positivas – excepto Brasil – reflejando el retroceso en la economía mundial. Destaca el crecimiento de China superior al 7% y el de India, más de un 4%. El crecimiento de Rusia se frena con aumentos del PIB entorno al 2%, mientras que Brasil acaba de entrar en recesión, tras dos caídas sucesivas en el primer y segundo trimestre de 2014 (-0,2 y -0,6%).
No obstante, lo más destacado en relación con estos países en el plano económico es la decisión de coordinar sus economías e independizarlas de los grandes centros de poder imperial como el Banco Mundial o el FMI. La reciente decisión de crear un Nuevo Banco de Desarrollo con una dotación de 100.000 millones de dólares es la última expresión de la pérdida de influencia económica del imperialismo estadounidense – y del europeo – y de la progresiva debilidad del dólar, así como de la decidida voluntad de los “países emergentes” de construir nuevos espacios de soberanía. El comienzo de las obras del gigantesco gasoducto ruso-chino “Fuerza de Siberia”, así como los recientes acuerdos entre ambas potencias para incrementar los intercambios en materia de telecomunicaciones y de alta tecnología y así disminuir su dependencia tecnológica de EE.UU., caminan en el mismo sentido.
En síntesis, las mayores economías mundiales, excepto China, tienen un crecimiento mínimo o están ya en franca depresión. Todo ello, insistimos, cuando hasta hace pocos meses se prometía el principio del fin de la crisis económica.
El pasado 4 de septiembre el BCE se ha visto obligado a adoptar el enésimo paquete de medidas como la bajada de tipos a ras de suelo (0,05%) o la subasta de liquidez para la banca privada por valor de 400.000 millones de euros, a cambio de compromisos de abrir el crédito. Confirmando lo que venimos diciendo, la demanda ha sido la mitad de la prevista, mientras el presidente del BCE anuncia que “el crecimiento en la UE ha perdido impulso”.
Como señalábamos al principio: financiación por decreto, añadiendo más capital al ya sobreacumulado para huir de la temida deflación e inyección de enormes masas de dinero a los bancos privados que continúan sin ofrecer crédito –más preocupadas por “demostrar liquidez” y salir airosos de una dura competencia interbancaria estatal e internacional que está lejos de haberse resuelto-; y, lo que es más grave, con unas empresas que siguen sin demandar ese crédito. En resumen, medidas monetarias que suponen una huida hacia adelante y que son, como decía el mismísimo Keynes, “la mejor medida del miedo en la economía”.
Patéticas contorsiones para intentar mantener la llama de la esperanza en unas masas proletarizadas, cada vez más desesperadas, que desde Grecia a los propios EE.UU, protagonizan estallidos que reflejan el ascenso de la tensión social.
En los países de la Eurozona, mientras, se extiende la percepción de que las políticas de los diferentes gobiernos son esencialmente las mismas, independientemente de su color político como muestran los ejemplos clamorosos de Francia y de Italia. El avance electoral de partidos fascistas es el resultado también de la persistente debilidad de la izquierda institucional. Su incapacidad para constituirse en referente político del creciente malestar social que pasa inevitablemente por defender programas que planteen el No Pago de la Deuda y la salida del Euro y de la UE, determinan que en el conjunto de Europa la siniestra sombra de las banderas fascistas esté cada vez más cerca.
II. Política internacional. Agudización de las contradicciones interimperialistas entre EE.UU/Alemania
La economía capitalista se desmorona, al tiempo que su lógica interna autodestructiva avanza imparable. El objetivo prioritario del aumento de beneficios en un escenario de crisis general sin salidas intensifica la lucha sin cuartel entre las grandes potencias por el incremento de la competitividad – que se nutre casi exclusivamente de la caída de los salarios y de las condiciones laborales – y del enfrentamiento feroz por conseguir materias primas baratas que refuerza el saqueo y la destrucción de países por la vía militar.
La confrontación entre los intereses de EE.UU y Alemania – hegemónica en la UE – como grandes potencias data de hace más de un siglo y no ha hecho más que intensificarse con la crisis.
EE.UU. avanza hacia la decadencia económica y la destrucción de los mínimos vitales en su propio territorio con un incremento notable de la agitación social, mientras el dólar ve cada vez más amenazado su liderazgo en las transacciones internacionales.
Al mismo tiempo se multiplican las intervenciones militares y los preparativos de confrontación a gran escala con Rusia y China.
Es así como en una enloquecida huida hacia delante para asegurar su hegemonía mundial de la única forma posible – la militar – se disparan los gastos en defensa, que a su vez comprometen el presupuesto público y engordan la mayor deuda del mundo. Las intervenciones militares de EE.UU que van asolando países uno tras otro, en realidad, no responden sólo a objetivos de saqueo de materias primas, sino a evitar que su principal competidor – Alemania – acceda a esos mercados.
Como venimos diciendo, EE.UU. tiene necesidad de desestabilizar la situación política internacional, incluida por supuesto la económica. Y sus objetivos políticos principales no son sólo debilitar a sus enemigos más reconocidos, sino impedir que sus aliados – la UE y especialmente Alemania – crezcan de forma autónoma aumentando así la pérdida de hegemonía estadounidense en la escena internacional incluso en su tradicional campo aliado.
Las tensiones en el seno de la OTAN por el reparto de las cargas son crecientes. La crisis galopante no permite a los estados de la UE aumentar sus gastos en defensa, al tiempo que los intereses confrontados les hacen reacios a acompañar a EE.UU. en sus aventuras militares[i]. Los bombardeos sobre el Estado Islámico para Iraq y Levante (EIIL), ejecutados por EE.UU. y sus lacayos árabes de Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes, con el apoyo puntual de Francia, es buen ejemplo de cómo los aliados de la OTAN miran para otro lado.
Ante el espectáculo de manipulación informativa con el que nos asedian, es preciso afirmar que la “guerra global” proclamada por EE.UU. contra el nuevo “enemigo número 1” -criatura a la que han contribuido a construir y armar, al tiempo que juega el papel de confuso banderín de enganche para una parte del sentimiento antiimperialista del complejo mosaico político árabe – es una cortina de humo.
En este sentido, apuntemos de momento (es un asunto pendiente de analizar con más detalle y precisión) que el ataque militar de EE.UU. y sus satélites árabes al EIIL en territorio sirio, que se anuncia largo, tiene como finalidad principal debilitar al Gobierno de Damasco. El objetivo es revertir la victoria gubernamental sobre “los rebeldes moderados”, también armados por la UE y EE.UU. y actualmente en franca desbandada. Así mismo, se trata de un paso más en la escalada de su enfrentamiento con Rusia, de la que dan cuenta las protestas de Moscú y Teherán ante esos bombardeos en Siria.
El caso de Irán es un caso paradigmático de la sorda confrontación interimperialista. Mientras EE.UU. e Israel apostaron por la destrucción de Irán mediante el bloqueo económico y estuvieron al borde de la intervención militar directa, importantes empresas alemanas apuestan decididamente por el incremento de las relaciones comerciales con el país persa. Alemania presiona para disminuir las sanciones, mientras la Cámara Alemana de Industria y Comercio calcula que, en ese escenario, las exportaciones podrían pasar rápidamente de los 1.850 millones de euros en 2013 a los 10.000 millones. Alemania habría ganado así a EE.UU. el importante mercado iraní, país con el que este último apenas tiene relaciones económicas desde 1979.
Alemania, al tiempo que tiene su economía mucho menos endeudada que la de EE.UU, mantiene status de segunda potencia exportadora mundial – desde 2010 por detrás de China – y confronta con los intereses geoestratégicos norteamericanos, que a su vez resultan imprescindibles para el imperialismo alemán.
Un ejemplo reciente es el caso de China. Mientras EE.UU. avanza en el cerco marítimo al gigante asiático, en el mes de julio Merkel – acompañada de directivos de Siemens, Volkswagen, Lufthansa, etc. firmó acuerdos comerciales por valor de varias decenas de miles de millones de euros y significativamente llegó a importantes acuerdos de colaboración sobre “ciberespionaje”.
Por su parte, la política europea del imperialismo alemán, desde Bismarck, ha centrado su estrategia de dominio en el debilitamiento y la división de las potencias próximas. Tras la caída de la URSS, Alemania es el único estado que se unifica, los demás se dividen; división directamente vinculada a la influencia de las fundaciones políticas alemanas, especialmente de la Fundación Friederick Ebert, vinculada al partido socialdemócrata.
Checoslovaquia fue dividida tras la ocupación nazi de 1938 y así permaneció hasta 1945. En 1993 la división se produjo “pacíficamente” tras una simple votación parlamentaria, tras la generosa financiación de los partidos políticos de la derecha nacionalista, especialmente en Eslovaquia.
La voladura de la República Federal de Yugoslavia fue menos “pacífica” como es bien sabido. Sólo recordar que Alemania y el Vaticano fueron los primeros estados en reconocer a la Croacia independiente y que ha sido ampliamente documentado el apoyo económico y militar alemán a los nazis croatas herederos de los “ustachis” y, en general el protagonismo teutón en la destrucción de Yugoslavia[ii].
Mención aparte merecen en esta escalada de tensión las presiones de EE.UU. sobre la UE para la adopción de sanciones contra Rusia, con el pretexto de Ucrania, y que ha sido calificada con acierto por James Petras de “sodomización”. Mientras EE.UU. instiga tanto las guerras económicas como la escalada militar -como ha sucedido en todos los grandes conflictos anteriores intereuropeos– gana la partida en varios sentidos: exhibe su hegemonía militar doblegando los intereses europeos y final y perversamente forzándolos a pedir “auxilio” –petición que puede escondernos las verdaderas diferencias de fondo- al tiempo que debilita a sus competidores económicos, especialmente a Alemania.
Los datos son concluyentes: “Las exportaciones industriales de Alemania a Rusia llegan a 36 mil millones de euros; hay 20 mil millones de euros en inversiones anuales; y más de 400.000 trabajadores alemanes están empleados en empresas que exportan a Rusia. Las ventas en algunos sectores se han reducido un 15% desde junio de 2014.[…] Las exportaciones alemanas de productos cárnicos a Rusia son el 21% de las realizadas a países fuera de la UE y el 15% en el sector de los lácteos[iii]”.
Y no se trata sólo de Alemania. Todas las economías de la UE se están viendo seriamente afectadas, mientras las sanciones adoptadas por Obama contra Rusia apenas tiene repercusión sobre la economía de EE.UU.
El enfrentamiento de intereses se ha exacerbado. Las medidas adoptadas por UE – y la correspondiente respuesta de Rusia – están cayendo como un boomerang sobre una UE, y especialmente sobre Alemania, que ve precipitarse con ellas la recesión a la que está abocada.
En este escenario y para no incurrir en errores vale la pena recordar que no hay ningún milagro alemán. Sus hasta ahora comparativamente buenos resultados económicos han sido expresión del incremento implacable de la explotación de su clase obrera[iv]. Sus aumentos de productividad han sido el resultado de duras contrarreformas laborales y de la entrada masiva de mano de obra cualificada y barata procedente de los países del Este. Como señala Costas Lapavitsas: “durante las dos últimas décadas, la economía más poderosa de la Eurozona ha generado los menores incrementos en los costes laborales nominales, mientras que sus trabajadores han perdido sistemáticamente parte de la producción. La Unión Económica y Monetaria ha supuesto un auténtico calvario para los trabajadores alemanes”[v]
El papel de la poderosa Federación Alemana de Sindicatos y de la CES – de la que forman parte UGT y CC.OO. – en la cooperación con la patronal en la destrucción de condiciones laborales y en el debilitamiento de la clase obrera ha sido determinante.
III. La resistencia popular del Donbass rompeolas de la lucha antifascista y antiimperialista[vi].
Es indudable el papel protagónico de la UE, dirigida por Alemania, en el golpe de Estado que instauró en Kiev un gobierno de oligarcas con participación directa de organizaciones fascistas en ministerios claves. La autodenominada “comunidad internacional” – financiando generosamente revoluciones de colores – perseguía la entrada de Ucrania en la UE, mientras se preparaba su incorporación de facto a la OTAN; todo ello con el doble objetivo de enfrentarla a Rusia y de controlar sus gaseoductos y oleoductos y sus yacimientos energéticos y mineros, situados sobre todo en el Este de Ucrania .
Con lo que no contaban era con la organización y la fuerza del pueblo de Donbáss estructurado en un frente antifascista y contrario a la integración en la UE y en la OTAN.
Las mentiras mediáticas construidas por EE.UU. acerca de una “invasión rusa” pretendían – al igual que sucedió con las “armas de destrucción masiva” de Iraq – allanar el camino a una intervención armada y ocultar que es el pueblo del este de Ucrania el protagonista de la brillantes derrotas infligidas al fascismo y a la plutocracia dispuesta a vender el país.
El frágil acuerdo de alto el fuego de primeros de septiembre refleja el progresivo fortalecimiento militar de la resistencia popular que, efectivamente, estaba adosando sobre el terreno considerables derrotas al régimen fascista de Kiev. Pero no podemos dejar de alertar de que las prisas de Putin por el acuerdo, justo cuando la Resistencia estaba avanzando, vienen a expresar además el miedo de la oligarquía rusa a un acelerado proceso de lucha de clases en el seno del movimiento popular de Novorossia. En este, si bien partía de posiciones políticas tan respetuosas con la propiedad privada como exigía el apoyo de determinados e influyentes oligarcas locales y que se reflejaron en la primera constitución, avanzan las posiciones que expresan también en el plano militar los intereses de la clase obrera que es la que nutre mayoritariamente las filas de la Resistencia.
Los más de dos mil muertos, las decenas de miles de heridos y sus pueblos arrasados exigen de las organizaciones coherentemente revolucionarias toda nuestra solidaridad internacionalista.
Red Roja, al tiempo que saluda calurosamente la presencia de brigadistas del estado español en Novorossia, se compromete a implicarse en el desarrollo y/o creación de Comités de Solidaridad con el Donbáss en todos los lugares posibles, desde los que ofrecer cauce al sentimiento antifascista profundamente arraigado en la juventud y a la solidaridad material con un pueblo en lucha y al que se le ha destruido todo.
IV. El Estado español.
IV.1. Mentiras macroeconómicas oficiales
El guión diseñado por el PP mediante el que pretende sostener la ilusión de una reactivación económica capaz de ir poco a poco resolviendo los gravísimos problemas que afectan a millones de personas hace aguas por todas partes.
La actualización del Programa de Estabilidad para 2014 – 2017[vii] destinado a la Comisión Europea y que contiene los escenarios macroeconómicos en los que se fundamentan los presupuestos de ingresos y de gastos de las Administraciones Públicas (AA.PP.) para ese periodo, fue aprobado en Consejo de Ministros el 27 de abril y su validez ha durado menos de 4 meses. Se hizo en base a unos datos de crecimiento en el conjunto de las principales economías – que si bien ya eran mínimos – se han venido abajo.
También se basaba en un crecimiento del PIB del Estado español (el 0,4% en el primer trimestre de 2014 y el 0,6% en el segundo) que en opinión de muchos expertos es producto de manipulaciones contables. Sobre estos mínimos aumentos se ha edificado todo un cuento de la lechera que va a desaparecer con toda probabilidad barrido por el hundimiento de las mayores economías de la UE, principales compradoras de los productos que exporta el estado español; a lo que hay que añadir los retrocesos de EE.UU. y Japón.
En el ámbito interno el escenario de la “recuperación” lo sitúa dicho Plan en “la creación de empleo, la mejora de expectativas tanto de consumidores como de empresas, la moderación de precios y salarios, la mejora gradual de condiciones financieras para hogares y sociedades tras el proceso de saneamiento financiero, y el mantenimiento de un fuerte dinamismo del sector exportador”[viii].
Los supuestos crecimientos previstos por el Gobierno para los mercados españoles de exportación, el sector sobre el que se depositaban las mayores esperanzas en el Programa de Estabilidad eran del 4% y del 5,3 % para 2014 y 2015 respectivamente. Los datos reales dan cuenta de crecimientos muy inferiores, el 0,5% en el primer semestre de 2014. Todo ello antes del impacto de las medidas restrictivas impuestas por Rusia como respuesta a las sanciones de la UE. Al respecto, aunque aún es difícil de valorar, sólo las empresas de alimentación calculan en más de 800 millones de euros las pérdidas directas e indirectas del sector. La quema de banderas de la UE por parte de agricultores aragoneses simboliza bien a quién se hace responsable del desastre.
Al final del Plan se analizan posibles “escenarios de riesgo” del que destacamos el relativo a los efectos – ya más que probables – de una caída del 4% en la demanda de exportación. En ese caso, la previsión es de una caída del PIB anual entre 2014 y 2017 del 0,4% y del empleo en los mismos porcentajes. Es decir la instalación indefinida en la recesión y aumento del paro.
Algo semejante ocurre con “la mejora gradual de las condiciones financieras”.
La tergiversación sistemática de los datos sobre el éxito que supone la bajada de los intereses de la Deuda por la disminución de la prima de riesgo oculta que la cuantía total pagada es mayor porque aumenta la cantidad total de deuda, que como es sabido, se espera que llegue al 100% del PIB a finales de este año. Se dice literalmente: “Los gastos destinados a la función “Deuda Pública” se incrementaron en 2014 un 43,4% de manera que su peso alcanza el 18,9% del PIB”[ix]. Es decir, en torno a los 200.000 millones de euros y muy cerca de la mitad del monto total de los Presupuestos Generales del Estado.
IV.2. Verdades vitales. El juego de trileros de la “creación de empleo”
La mentira más importante es que el paro está disminuyendo y se están creando puestos de trabajo. Este asunto es de capital importancia cuando, entre 2007 y 2013, el 55% del desempleo generado en toda la Eurozona (que desde hace dos años añade un récord a otro en cuanto a la destrucción de puestos de trabajo) se localiza en el Estado español.
La medida que utiliza la EPA (Encuesta de Población Activa) para considerar a una persona desempleada es que no haya trabajado al menos una hora al día la semana anterior y que esté buscando trabajo. Con estos criterios, que son un insulto a la inteligencia y a la vida del pueblo trabajador, la EPA del primer trimestre de 2014 reflejaba que casi dos millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro, de los que la mitad tienen hijos menores a su cargo.
Es decir, si ha desistido de buscarlo o ha trabajado una hora en una semana, ya se considera que la persona está ocupada aunque – obviamente -sus ingresos no sirvan para atender sus necesidades mínimas de superviviencia.
Pero, aún con esos criterios, si se incluyera a las personas que ya no buscan porque no tienen esperanza alguna de conseguir trabajo, la cifra de parados sería de 7.013.678 personas y no de 5.622.860 como dice la EPA.
Pero, en cualquier caso, ¿es cierto que se crea empleo?. La respuesta rotunda es no. La medida real, cuando la precariedad es la regla, no debiera ser el número de contratos, sino el volumen total de horas trabajadas. En el segundo trimestre de 2014 el total de horas trabajadas ha caído un 0.7% interanual, lo que representa una reducción de 97.650 puestos de trabajo a tiempo completo (suponiendo que la jornada media es de 40 horas semanales). Este dato incontestable se refleja también la caída del número de horas cotizadas a la Seguridad Social en el mismo periodo que coexiste con el pregonado aumento del número de personas cotizantes. Por otra parte, el descenso del volumen total del tiempo de trabajo no es coherente con un aumento del PIB del 0,6% como el exhibido por el Gobierno, que sería el resultado de artificios contables, o como mucho, flor de un día.[x]
Los datos anteriores reflejan un crecimiento sin precedentes de los contratos a tiempo parcial que han alcanzado el máximo histórico del 15,8%, con cerca de la cuarta parte del total de contratos por debajo de las 30 horas semanales (del 14,9% en 2008 se ha pasado al 22,85 en 2014). Y todo ello gracias a las sucesivas reformas laborales del PSOE y del PP.
Mientras tanto, se destruyen puestos de trabajo a tiempo completo, sobre todo de empleo público. Los datos son concluyentes: sólo el 6,43% de los diez millones y medio de contratos realizados en los 8 primeros meses de 2014 son indefinidos y de jornada completa. La destrucción de empleo público, según datos oficiales reflejados en el Programa citado, continúa con una “tasa media de caída anual del 5,6%”, con una reducción de alrededor de 400.000 asalariados públicos en el conjunto de las Administraciones Públicas del Estado.
Ese es el secreto del “milagro” de la creación de empleo con tasas mínimas de crecimiento económico: artilugios contables y millones de trabajadoras y trabajadores esclavos con salarios estrictamente de hambre.
Lo único cierto de los análisis del Gobierno es la continuada “moderación salarial” lograda con la ayuda inestimable de los “agentes sociales”. Mientras ha aumentado la tasa de productividad por ocupado en un 2,3% en el último año, el Coste Laboral Unitario (CLU) retrocedió en 2013 un 1,6%, que se añade al retroceso del 3% que sufrió en 2012. La causa de tales “éxitos” según el propio Gobierno son las sucesivas reformas laborales y en especial la que impuso el R.D. 3/2012 que permitió abaratar brutalmente los despidos, extender los contratos a tiempo parcial, disminuir salarios y aumentar la inaplicación de los convenios.
El resultado es que mientras que la masa salarial no ha dejado de reducirse cada año desde el inicio de la crisis (la caída de este valor entre 2008 y 2013 ha sido del 13.4% en términos nominales), el excedente bruto de explotación, ha ido creciendo en términos nominales desde el año 2011, hasta el punto de que en 2013 ya había recuperado el valor máximo histórico alcanzado en 2008[xi].
El gráfico que reproducimos, tomado de la revista Marxismo Crítico y que procede de Eurostat[xii] refleja el aumento brutal de las desigualdades sociales en el Estado español, precisamente desde el comienzo de la crisis que ha golpeado sobre todo a la clase trabajadora con menos ingresos.
Relación entre la parte del ingreso total percibido por el 20% con mayor renta (quintil superior) y el 20% con ingresos más bajos (quintil inferior). Años 2008-2012
La situación más lacerante es que cada vez más trabajadores y trabajadoras pierden la prestación por desempleo. Son el 42% de todos los parados, según datos oficiales. Por eso el Gobierno exhibe como un logro que el gasto en protección a las personas paradas haya disminuido en un 18,7% y la cuantía media por persona haya caído un 8%.
Bajo estas frías cifras se oculta el drama diario de la pobreza, los desahucios, la desnutrición infantil y las muertes evitables por insuficiencia de recursos sanitarios, etc. Todo ello se expresa en el espectacular aumento de la Tasa de Suicidio en el Estado español, +11,3% en 2012 sobre la Tasa de 2011, que es ya la primera causa de muerte en varones de entre 25 y 34 años, según los últimos datos ofrecidos por el INE[xiii].
Aún así mientras este Gobierno y los anteriores del PSOE, aprobaron una rebaja tras otra de las cotizaciones de la patronal y emplearon el dinero de la Seguridad Social para comprar Deuda Pública (24.651 millones de euros desde 2012) el ejecutivo de Rajoy proyecta reducir el gasto en el seguro de paro para 2015 en 6.000 millones de euros.
IV.3. Una nueva desfiscalización de las rentas del capital
El infame saqueo de la clase obrera para transferir lo robado a la burguesía realizado por gobiernos del PSOE y del PP desde principios de la década de los 90 se traduce en que la población asalariada soporte más del 80% de la carga fiscal. El 90% de la recaudación del IRPF procede de las rentas salariales, que son así mismo quienes soportan el IVA y demás impuestos sobre el consumo. Un dato resume el escándalo: la renta media declarada por la población asalariada y pensionista es de 19.265 euros y la que procede de “actividades económicas privadas” 8.137 euros.
Sobre el fraude fiscal de las grandes fortunas y los principales empresarios, la evasión masiva de capital a paraísos fiscales, las SICAV y todo el escándalo de la defraudación masiva de los más ricos, el Gobierno ha aprobado una nueva vuelta de tuerca en la desfiscalización de las rentas del capital. Lo hace, claro está, para “incentivar la creación de empleo”.
Llamamos la atención de que esta reciente reforma fiscal, que prevé una importante bajada de los ingresos por impuestos que gravan directamente la riqueza, se produce en un escenario de medidas férreas para la reducción del déficit y la deuda. En otras palabras, lo que dejan de pagar los más ricos, lo pagará sin duda alguna el pueblo trabajador en salarios, pensiones y gastos sociales.
Las nuevas medidas, junto a algunas migajas para las rentas más bajas de camuflaje, reducen los tipos máximos en el IRPF del 52% actual al 47% y los tipos nominales del Impuesto de Sociedades del 30 al 25%.
Por ambos conceptos se prevé una reducción de ingresos de 9.000 millones de euros en los próximos dos años. Por el contrario por el aumento del IVA se ingresarán más de 3.000 millones de euros en 2014 y solo por el incremento del IVA en los productos sanitarios del 10 al 21%, se prevé un aumento de la recaudación de 264 millones de euros en 2015.
IV.4. ¿Qué se quiere decir con privatizaciones?
No se trata sólo de las cifras descomunales de dinero público que vayan a parar a empresas privadas y que en el caso de la sanidad pública del Estado alcanza los 7.200 millones de euros anuales.
Lo más importante es que hay una política deliberada de destrucción de los sistemas sociales públicos para favorecer el negocio privado. Lo público y lo privado no son conceptos aislados. Constituyen un par dialéctico: la debilidad de uno es la fortaleza de otro. Y la mejor manera de desarrollar lo privado es conseguir que las decisiones políticas de las diferentes administraciones vayan dirigidas a financiarlo con fondos públicos y a degradar los servicios públicos.
Con palabras claras: el objetivo que persiguen las Administraciones Públicas es que los sistemas públicos ofrezcan peores servicios y más caros (los copagos sirven directamente a este objetivo) para favorecer la competencia privada.
Por ejemplo, según datos del último informe del Ministerio de Sanidad[xiv] la inversión pública cayó en 3.903 millones de euros desde 2009 a 2012. En este periodo el gasto en sanidad de las familias aumentó en 2.159 millones de euros (11,5%).
En diferentes apartados de la Actualización del Programa de Estabilidad 2014-2017 aparece un objetivo, definido en términos de la jerga económico administrativa para camuflar el objetivo de destrucción del sistema público a mayor gloria del negocio privado, que se define cómo “el esfuerzo por estabilizar la ratio sobre el PIB de la formación bruta de capital fijo pública, que ya había experimentado un notable retroceso en los últimos años, y que tan importante resulta como fuente de economías de escala y eficiencias en el sector privado”[xv]
IV.5. Datos oficiales sobre la transferencia de fondos públicos a manos privadas.
Finalmente, el Programa de Estabilidad que analizamos da cuenta de los “Pasivos contingentes”, es decir, de los avales concedidos por la Administración General del Estado a 31 de marzo de 2014. Aunque somos conscientes de que estos datos reflejan sólo una pequeña parte de la realidad de la Deuda Pública, los reproducimos por su evidente interés:
Plan de Acción concertada a países de la Zona Euro: 32.853 millones de euros
Fondo de Titulación del Déficit del Sistema Eléctrico: 22.504 millones de euros.
Emisiones de la Facilidad Europea de Estabilización Financiera: 34.668 millones de euros.
Fondos para Financiacion de PYMEs: 1.727 millones de euros.
Emisiones del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) 5.795 millones de euros.
Emisiones de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb)): 48.391 millones de euros.
Avales a entidades no clasificadas: 584 millones de euros.
Es decir la Deuda oficial reconocida por transferencia de dinero público al capital privado, asciende a 146.523 millones de euros[xvi]
IV.6. ¿Qué nos espera?
Con estas perspectivas tan halagüeñas de crecimiento que, supuestamente, deberían reflejarse en un aumento de los ingresos fiscales como consecuencia de una mayor actividad económica (el Gobierno prevé un crecimiento del 1,2 % del PIB en 2014 y un 1,8% en 2015) el Gobierno ha anunciado que va a reducir el gasto público en 2015 en un 3,2%, unos 32.000 millones de euros (equivalente aproximadamente la mitad del gasto sanitario público de todo el Estado.
Si el crecimiento es menor en 2014 y en 2015 (como es más que probable) y hay que cumplir a costa de lo que sea (de la sanidad, de la educación, del seguro de paro, de las pensiones, es decir, de nuestra vida) con los objetivos de reducción de déficit y de deuda, los recortes que se avecinan van a ser descomunales.
La aplicación de la Ley 2/2012[xvii] ha supuesto que seis CC.AA., Aragón, Castilla La Mancha, Navarra, Cataluña, Murcia y Valencia hayan debido presentar un Plan Económico y Financiero extraordinario para asegurar el cumplimiento de los objetivos de déficit y de deuda en 2014 y 1015, sobrepasados en 2013. Si no los alcanzan se pondrán en marcha las medidas coercitivas – multa por valor del 0,2% del PIB nominal de su territorio- previstas en el artículo 25 de la citada Ley e incluso la disolución de gobiernos municipales o autonómicos por incumplimiento de obligaciones constitucionales, que son las establecidas en el artículo 135 de la Constitución Española reformado por PP y PSOE en agosto de 2011.
Pero no hay que engañarse. Aún si las cosas fueran mejor y hubiera crecimiento económico de ninguna manera aumentaría el gasto público. Aquí hay que volver también al artº 135 de la CE, al TSCG y a la Ley 2/2012. Estas normas establecen que, bajo la amenaza de cuantiosas multas, todas las Administraciones Públicas deben destinar los dividendos obtenidos por el hipotético mayor crecimiento económico a la reducción de la deuda[xviii].
Para cerrar el círculo de la prioridad absoluta del pago de las deudas de las AA.PP. a la empresa privada, el 20 de diciembre de 2013 se aprobó la Ley Orgánica 9/2013[xix] que extiende las medidas previstas en la Ley 2/2012 al control de la deuda de las AA.PP. con proveedores. Si el pago de la deuda con empresas supera el máximo de 30 días, se ponen en marcha medidas que puedes llegar hasta la retención de recursos de las mismas. Es decir, el pago de la Deuda, el cumplimiento de los objetivos de déficit y, ahora, el pago a proveedores, se constituye en prioridad absoluta, por delante de la satisfacción de las necesidades de la población y del cumplimiento de las propias competencias asumidas por las AA.PP.
Los resultados son demoledores. Desde el 1 de enero de 2012 al 31 de diciembre de 2013 el conjunto de las CC.AA redujo el gasto público en sanidad y educación en más de 10.000 millones de euros. Sólo en 2013 las CC.AA redujeron el gasto público total en más de 7.000 millones de euros, de los que más de un tercio corresponden a disminuciones en el gasto de personal (reducción de salarios + reducción de personal).
Las medidas puestas en marcha por el Rel Decreto Ley 20/2012 de medidas para garantizar la estabilidad presupuestaria y el fomento de la competitividad establecen “la reducción de las cuantías máximas de las prestaciones económicas para cuidados en el entorno familiar, una minoración de las cuantías correspondientes al Nivel Mínimo de protección garantizado y la demora hasta 2015 de la incorporación al Sistema de Dependencia de nuevos dependientes moderados”. En consecuencia se ha reducido el Presupuesto del IMSERSO en 2014 con respecto a 2013 en un 48,6%.
El crédito destinado a los subsidios por incapacidad temporal ha disminuido en un 16,3%. Las pensiones no contributivas de la Seguridad Social descienden un 12,5%[xx].
La lista es interminable, pero no acaba aquí. Esta prevista la reducción del consumo público desde 2014 a 1017 (menos 3% del PIB, 3.000 millones euros, el recorte en gasto de los asalariados públicos (menos 1,7% del PIB) y de otros consumos de las AA.PP. (1,2% del PIB), la reducción de prestaciones sociales (1,1 del PIB) o la ya mencionada disminución del gasto en prestaciones por desempleo en 6.000 millones de euros.
IV.7 “Las medidas van en la dirección correcta pero son insuficientes”.
Esa frasecita la repiten como loros los portavoces, ya sean del FMI, de la OCDE o de la UE. Vamos bien, pero hay que profundizar las reformas estructurales, léase más contrarreformas laborales, y las políticas de ajuste.
El Programa de Estabilidad que analizamos establece que “el consumo final de todas las AA. PP. se mantendrá en tasa negativas hasta 2017, en consonancia con la imprescindible corrección del déficit excesivo”[xxi].
En conjunto, la reducción prevista en el gasto por “protección social” es del 7,5% del PIB y la reducción del gasto en sanidad supondrá una disminución de su peso en el PIB del 13,2%.
¿Cómo prevén conseguirlo?
Como el citado programa anunciaba, el Consejo de Política Fiscal y Financiera trabaja ya sobre 255 medidas[xxii] que le han propuesto las diferentes Comunidades Autónomas, sobre todo para la reducción del gasto en sanidad y educación. No hace falta insistir en que el objetivo de tales medidas es cumplir con los objetivos de déficit y de deuda marcados por la UE.
Las medidas más importantes que se barajan, que sin ninguna duda los diferentes gobiernos están decididos a aplicar, y cuyos plazos sólo dependen de convocatorias electorales las relacionamos a continuación:
- Sanidad. Copago por asistencia a consulta médica y urgencias, por prótesis, transporte sanitario, medicamentos de uso hospitalario, por el hecho de hacer una receta, por “servicios de hostelería” en hospitales o por tratamientos hospitalarios de larga instancia. Incrementar la aportación del usuario, pensionistas y activos en el copago de medicamentos. Excluir la financiación de determinadas prestaciones hasta ahora consideradas básicas para todo el Estado. Supresión de las ayudas por consumo eléctrico en terapias domiciliarias (respiratorias, diálisis, etc). Alquiler instalaciones públicas a la privada, cobro por aparcamientos en hospitales.
Desgravación fiscal para quienes tengan aseguradoras privadas (curiosamente esta medida es un recorte…pero para los ingresos).
- Educación. Retrasar la edad de jubilación del profesorado. Incremento del número de alumnos por profesor en un 10%, cese de funcionarios docentes e interinos durante el verano, disminuir becas (dice “ajustar”) para comedor y libros, disminución ayudas a ayuntamientos para mantenimiento edificios escolares, grados de tres años, tasas universitarias ajustadas a equilibrio presupuestario (pago 100% del gasto).
- Medidas generales empleados públicos. Ampliación jornada laboral a 40 horas, eliminación días libre disposición, 24 y 31 de diciembre laborables, reducción pagas julio y septiembre, ..etc.
V. La única propuesta política posible: No Pagar su Deuda y salir del Euro y la UE
Hasta aquí una pálida muestra de en qué consisten las políticas de “austeridad”: saqueo de las masas proletarizadas para pagar con dinero público las deudas privadas socializadas. En definitiva, una enorme transferencia de rentas de la clase obrera a la burguesía. Ésta, insaciable – y mientras incrementa sin tasa el reparto de dividendos y los salarios astronómicos de sus directivos, exige cada vez más “moderación salarial”, bajar los impuestos que gravan el capital y el gasto en Seguridad Social de la patronal, “para crear empleo”.
Los abrumadores datos aquí reflejados revelan un hecho incontestable:es imposible cualquier mejora en las condiciones de vida y de trabajo que no pase por salir del Euro y de la UE.
Al mismo tiempo la exigencia de derogación de la Reforma Constitucional de 2011, del Tratado de Estabilidad de la Eurozona, y de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera 2/2012, permite establecer una línea de demarcación clara entre la izquierda y la derecha, independientemente del nombre de las siglas. Más aún, esa denuncia debe explicar con claridad la inutilidad de votar a cualquier opción política que no plantee claramente el No Pago de la Deuda y la consecuente salida de la Unión Monetaria y de la UE; porque dentro no hay margen de maniobra alguno y porque las medidas previstas en la Ley 2/2012 van destinadas a eliminar a cualquier fuerza política que cometa el “delito” de priorizar las políticas sociales por encima de cualquier otra partida de gasto.
Estas tres normas muestran con nitidez cuál es la política del capital y la de sus gobiernos – y la que pretende ocultar la izquierda pactista. Sin embargo sabemos que la aplicación práctica de las leyes, así como las sentencias de los tribunales, dependen de algo tan dinámico, como la correlación de fuerzas, en definitiva de la lucha de clases.
La lucha contra ambas leyes y la intensificación del combate contra la Constitución de 1978 arranca la máscara de capitalismo humanizado de la UE mostrando su feroz rostro imperialista y desvela la engañifa de la consigna de “la vuelta del Estado de Bienestar”. En definitiva permite, paso a paso y desde lo concreto, que cada vez más gente compruebe que no hay salida en el capitalismo y vayamos acumulando las fuerzas necesarias para destruirlo
VI. CONCLUSIÓN POLÍTICA: DE CRISIS Y ESTAFAS
(o cómo más bien la estafa acecha en las puertas de salida)
Decía Lenin que para los cambios revolucionarios no basta con que los de abajo no aguanten más, sino que los de arriba ya no puedan dominar como hasta entonces. Nos hemos atrevido a añadir: “y cuando los de abajo se dan cuenta de esas debilidades”. Mucho más en situaciones de crisis general tan profunda como hemos documentado.
1. La crisis general del capitalismo no es una estafa, sino una realidad que se amplía cada vez más.
Hablar de estafa da a entender que todo es producto de una maquinación del gobierno de turno. Atribuye así un dominio de la situación exagerado a quienes tenemos que derribar y alimenta la falta de confianza en las propias fuerzas, en la lucha que realmente hay que afrontar.
Lo cierto es que estamos ante una crisis sistémica e internacional, sin parangón, de largo alcance en el tiempo pasado… y en su persistencia futura. El “pánico en Europa” del que habla Krugman se debe a que la plutocracia no sabe, no ya cómo poner a andar la economía productiva, sino evitar su derrumbe. Sólo son capaces de adoptar medidas monetarias que según Keynes son el mejor indicador del miedo en la economía. No se trata de una estafa, sino de la mayor crisis que ha conocido el capitalismo, sin final previsible. Los anuncios de “salida de la crisis” disputan titulares con los de más “entradas”… Los datos de la UE y de las principales economías mundiales anuncian una tercera recesión.
2. Decadencia económica de EE.UU, incremento de la agresividad militar e intensificación de las contradicciones interimperialistas.
A la persistencia de los factores estrictamente macro-económicos que auguran que la crisis estructural del capitalismo no encuentra salida, se le suma un factor de primera magnitud en la escena internacional: la necesidad imperiosa de la primera potencia imperial de desestabilizar la situación mundial, incluso para no dejar que sus aliados de la Guerra Fría quieran ir por su cuenta y riesgo.
Cada vez se reconoce más que EEUU lleva décadas incendiando aquí y allá , incluso contra las prioridades de agenda euroalemanas, que no les van a la zaga en intenciones imperiales pero si que van con retraso en poder materializarlas sin que se les disloque su penosamente trabajado “euro-modelo expansionista”. La necesidad interna de EEUU de desestabilizar permanentemente se constituye así en factor de primer orden. Este país no busca tanto extender de forma clásica dominios económicos como mantenerse artificialmente como primer dominador con toda la cuota de parasitismo económico-financiero que ello conlleva a expensas, como decimos, de sus propios aliados. Y para eso sólo le queda salpicar de belicismo activo todo lo que pueda cocerse a su espalda en las relaciones internacionales. Pues bien, si los capitalistas no controlan sus propias crisis y estallidos estructurales, ¿qué decir de la validez de sus previsiones cuando todo se mezcla con una situación geoestratégica (literalmente) explosiva y otra vez con la guerra a las puertas mismas de la Unión Europea, en esta ocasión, con un contrincante ruso decididamente más duro de pelar que lo fue, por ejemplo, Serbia?
3. La resistencia popular armada cosecha victorias frente al imperialismo y al sionismo.
La estela de victorias que inició la resistencia libanesa en el verano de 2006 propinando al sionismo la primera derrota de manos árabes, ha tenido continuidad en Gaza y, últimamente en Ucrania. También el Gobierno sirio, con el apoyo de Hezbolah está arrinconando a un poderoso ejército mercenario, entrenado y armado por EE.UU, Gran bretaña y Francia, entre otros países de la UE.
Los recientes comunicados de Red Roja sobre Gaza[xxiii] y Ucrania[xxiv] reflejan la posición de la organización de respaldo inequívoco a la resistencia armada del pueblo que se levanta contra el imperialismo, el fascismo y el sionismo, más allá de la composición política de la misma, que en todo caso, es nítidamente antiimperialista.
Destacamos en este informe, no sólo la legitimidad de su lucha, sino su capacidad política y militar, que les ha permitido – frente a enemigos con armamento y ejércitos muchísimo más poderosos que son capaces de aniquilar a miles de personas de la población civil, destruir su moral de combate e infringirles serias derrotas.
4. Estado español: crisis política, estafas del reformismo e ilusiones electorales.
En el Estado español, además de las desastrosas consecuencias sobre el pueblo trabajador, la crisis se refleja con especial incidencia en el ámbito político, incluido el cuestionamiento a nivel de masas del propio poder. En este terreno las voluntades, y hasta el factor sorpresa, juegan un papel relativamente mayor. También las responsabilidades son superiores. Pues aquí síque tenemos definidas las estafas políticas sobre las que hay que alertar en la brega por salir de verdad de esta crisis real.
Al fin y al cabo era lógico que esta crisis global tuviera una especial incidencia política en nuestro marco estatal. Pues tampoco hace tanto tiempo que se fraguó la Estafa (con mayúscula): la de la Transición. Una estafa que se hizo para principalmente cargarse lo que ha sido el último ciclo de movilización política de masas, en búsqueda de una verdadera ruptura democrática tras el agotamiento del franquismo. Hemos escrito suficientemente sobre todo lo que actualmente se está poniendo en solfa: la propia monarquía, el bipartidismo, y ya también el “Café para todos” de las autonomías, ese invento del suarismo para conculcar el anhelo histórico del derecho de autodeterminación.
Dentro del tinglado que montaron surgen fuertes disensiones y desconfianzas internas después de décadas de idilio. Nadie quiere perder los sillones y las parcelas de poder mafiosamente ganadas. A algunos se las dio en herencia casi genética el Dictador. Otros, más a la “izquierda”, en pago por cercenar la posibilidad de una verdadera ruptura democrática consiguieron puestos de alto nivel en consejos de administración y comisariados europeos. Hasta el “ala sindical”, por tanto pactismo antiobrero, obtuvo su recompensa en otros menestERES.
Pues bien, es la crisis la que también hace que se publique lo que se repartieron en secreto. De nuevo –como en tiempos de los GAL cuando los que venían del franquismo querían también gobernar la “democracia postfranquista”– surge no la corrupción (indisociable a todos ellos), sino el arma de la acusación de corrupción. Entonces lo hacían para ver quiéngobernaba Madrid. Ahora (caso Pujol) la sacan para ver hasta dónde gobierna Madrid. Por supuesto que, de nuevo, con el mejor Lenin, no vamos a lamentar que le saquen las vergüenzas al molt honorable.
Compartimos con nuestros compañeros y compañeras de clase en las naciones sin estado del Estado español que los límites de la degradación burguesa no conocen fronteras. Como tampoco “los recortes”. Pero no vamos a reírles la gracia a quienes conocían (y coprotagonizaban) desde hace treinta años estas prácticas nada honorables. Seguiremos reclamando con efecto retroactivo lo que negó la farsa de la Traisición: el derecho a la autodeterminación y a la independencia. Incluso sabemos que la persistencia en esa reivindicación obra a favor del objetivo prioritario de sacar a toda esta caterva del poder. Por eso el 11 de septiembre y el 9 de noviembre abans que res sabrem ser companys.
Ciertamente la crisis económica ha agotado a una Transición que venía viciada desde su origen. Pero, precisamente, si queremos neutralizar intentos de reeditar estafas y farsas, toca advertir que no habrá revolución verdadera en este país que se limite a superar aquella Transición por agotamiento y no por lo que de traición por parte de una izquierda político-sindical bien “apoltronada” ha supuesto. En cualquier caso, tanta es la convicción gubernamental del papel que en toda esta degradación ha jugado una crisis económica que ellos no controlan, que sueñan con que nos creamos que la crisis va quedando atrás y ello ayude a “recentrar” a una serie de sectores sociales “recortados” en la esperanza de que no pierdan la confianza en volver al redil del “bienestar y seguridad perdidos”. Y así es como desde hace meses andan en una estrategia comunicativa de hacer ver que no está lejos la salida del túnel.
En este contexto, y volviendo al “ruedo nacional”, cobran aún menos credibilidad las previsiones del Gobierno. En realidad, ni siquiera confía él mismo en que se le crea como necesita. De ahí que se preste raudo a legislar para su particular parcela de mafia política. Así, aceleran una ley electoral municipal que prolongue el poder de los suyos –incluso asumiendo el daño colateral de que los nacionalismos más enemigos salgan favorecidos– dando por descontado que por aquellos lares tienen poco futuro “partidista”. Calculan que la “unión a la izquierda”, demasiado llena de contradicciones organizativas internas y de poses varias, no está para coaliciones previas a las elecciones. Y al fin y al cabo, los del PP, con su apuesta de imposición dictatorial en cuestiones como “la catalana”, no son precisamente los que más daños electorales relativos van a recoger en ámbitos donde, como decimos, dan por descontada su condición de minoría. Resultado: para la periferia perdida, imposición del “interés de estado” por encima de derechos y elecciones en el mejor espíritu de la transición pactada; para el resto, ingeniería electoral para desterrar sorpresas que pudieran incluso deparar eventuales presiones populares que se tomasen en serio eso de que sí se puede cambiar las cosas. Sea como fuere, es importante aprender de la historia y en línea con lo que apuntábamos al principio, no pensar que lo tienen todo previsto y calculado.
Ya en lo que se refiere a la fase actual del ciclo popular de movilización que ha traído la crisis, partimos de que esta fase está muy modulada por la apuesta política electoral de una parte importante de la protesta social, que se concreta en Podemos. Cuando hablamos de parte importante, somos conscientes del peso político sobredimensionado que cobran lo que hemos dado en llamar “sectores intermedios” ante la ausencia de un movimiento obrero organizado y la incapacidad actual de la línea revolucionaria por el socialismo de liderar la “movilización anticrisis”.
En este escenario hemos establecido que la optimización de nuestra necesaria intervención no puede hacerse de forma inmediatista sin tener en cuenta las ulteriores batallas políticas que previsiblemente nos depararán la guerra social que el capitalismo ha declarado y considerando en todo momento, además, el contexto geoestratégico y la propia experiencia histórica.
Por ello alertamos contra las falsas salidas reformistas –aún más falsas si tenemos en cuenta la naturaleza de la crisis y la verdadera historia del “bienestar perdido”– y contra esas maneras falsas de salir, como la electoralista que pone todas las esperanzas en el voto. Y no lo hacemos de forma alegre y ligera por puro purismo ideológico. Tampoco lo haremos de forma esquemática y sectaria, analizando sólo a los actores en juego por la calidad y rigor de lo que dicen.
Bien sabemos que la crisis estructural capitalista nos llega cuando aún el movimiento revolucionario por el socialismo es tributario de su propia crisis histórica. Ello afecta al propio lenguaje y explica incluso que muchas personas de buena intención sueñen con emular (de forma mecánica y forzada, eso sí) procesos bolivarianos “alejados de la ortodoxia” que, al fin y al cabo, hasta enfrentan al yanqui desde “revoluciones ciudadanas y no de manual”.
En cualquier caso, nos importa más saber que la realidad es más “ortodoxa” de lo que parece. Y que la crisis es tan profunda que cualquier persistencia en exigir lo que antes se tenía, por nimio que parezca, es motivo de inestabilidad. El propio reformismo pierde así su base hasta el punto de que se ve obligado a vestirse de alas radicales para reivindicar lo que hasta ayer nuestro ciudadano-enemigo de clase tenía a bien concederle sin tanto aspaviento.
5. La intervención de la línea revolucionaria en el movimiento popular.
Ante tantas crisis, extrañas y propias, lo esencial es intervenir claramente desde nuestra independencia de clase, pero teniendo en cuenta que la clara ausencia de nuestra clase como sujeto autónomo nos hace resaltar la importancia que hoy toma la propia práctica de la lucha como fuente de experiencia para unas masas que buscan un tanto desordenadamente la salida. En este sentido, comprobamos crecientemente cómo a partir de la asunción de la línea de demarcación del No Pago de la Deuda se abren camino la necesidad imperiosa de la salida de las instituciones euroalemanas y hasta la expropiación bancaria. Y, en pura lógica, mucha gente vota convencida de que “no bastará votar para botarlos”.
Ante la persistencia de la crisis y de la movilización (en cualquiera de sus aspectos) es de prever una degradación del propio sistema político y una fuerte tendencia a una fascistización de hecho del mismo en un escenario de antagonización de las luchas y de agresión imperialista. Máxime, cuando vivimos prácticamente en el centro del mismo sistema, con una crisis que es internacional y unos estados viejos que no dudarán en actuar de forma “anticuada y ortodoxa”, de manual si se quiere, sin respeto de fronteras ni legalidades. Y lo harán con mayor impunidad en la medida en que remarquen que nuestra resistenciade clase organizada sea menor. Y ésta será más débil cuanto mayor sea nuestra ilusión ciudadanista, hija de una revolución democrático burguesa, esta sí, realmente anticuada y decimonónica que hace tiempo que la burguesía respeta menos que nadie.
Acompañaremos las experiencias de lucha de la gente sin esconder nuestras convicciones revolucionarias, que, desde luego, no consisten en recitar frases revolucionarias, sino en intervenir en la realidad tal como es, claro, pero estableciendo lemas y consignas que impulsen y eleven las luchas de masas en su camino de toma y mantenimiento revolucionarios del poder. Ello implica necesariamente contribuir en el presente a crear un poder popular concreto que vaya estableciendo solidaridades ytomando la solución por su mano ante los problemas más acuciantes de la gente.
Partimos de la base de que la organización y la unidad es la única fuerza que el pueblo trabajador puede oponer a estas salvajes políticas que, sin duda, este Gobierno o los que vengan van a intentar aplicar. Es preciso insistir en lo que cada vez más gente intuye: Echar a este Gobierno es necesario, pero no suficiente. Cualquier otro, del color que sea, se verá constreñido a llevarlas a cabo por una Unión Europea que representa férreamente a los intereses de la gran banca alemana y española.
El fortalecimiento y la ampliación de la lucha popular necesita la creación de Comités de poder popular de barrio y de pueblo en los que estén presentes organizaciones de jóvenes, la lucha contra los desahucios, contra la privatización de la sanidad y la educación, asociaciones de vecinos, etc.
En ellos debe conjugarse la más amplia democracia con la eficacia y la capacidad de organizar y dirigir las movilizaciones.
Todas las luchas concretas, por parciales que sean, son importantes y pueden – como en Gamonal – ir mucho más allá de la reivindicación inicial y plantear el tema del poder del pueblo. La nueva lucha que el barrio burgalés ha iniciado otra vez revela el incremento en el nivel de conciencia y de organización conseguido. Para ello es vital que todo colectivo en lucha cuente con la participación y la solidaridad del resto.
En el plano político el No al pago de la Deuda, la salida del Euro y de la UE son objetivos generales imprescindiblespara que las luchas parciales se integren en un combate común y sin el cual cualquier reivindicación carece de credibilidad. Las Marchas de la Dignidad han señalado el camino.
[ii] Uno de los trabajos más documentados y rigurosos sobre la materia es: “El juego de la mentira. Las grandes potencias, Yugoslavia, la OTAN y las próximas guerras” – Michel Collon 1998
[v] Lapavitsas, Cosatas (2013). Crisis en la Eurozona. Capitán Swing. Pag 33
[viii] Programa de Estabilidad. Pag. 20
[ix] Programa de Estabilidad. Pág. 59
[x] http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia-social/epa-empleo-y-marihuana/20140902093631106745.html
[xi] Por excedente bruto de explotación se entiende, a grandes rasgos, como la porción de los ingresos derivados de la producción que se obtiene por el factor «capital».
[xii] http://www.economiacritica.net/?p=3389
[xiii] http://www.alansaludmental.com/2014/02/03/suicidios-espa%C3%B1a-estad%C3%ADsticas-ine-2014/
[xiv] http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/sisInfSanSNS/pdf/SCSprincipalesResultados.pdf
[xv] .Programa de estabilidad. Pág 41
[xvi] Programa de estabilidad, Pag, 84
[xx] Programa de Estabilidad. Pág 37
[xxi] Programa de Estabilidad. Pág. 23
[xxiv] http://redroja.net/index.php/comunicados/2549-los-llaman-prorrusos-son-antifascistas
Insurgente